jueves, 6 de noviembre de 2008

La luz

La luz de la cocina en la mañana
cuando la casa aún está a oscuras
y todos duermen, y en los vidrios
el día es un presentimiento
parecido a la espera o la añoranza.
La luz de la cocina cuando el sol aparece
anaranjado entre las ramas negras
y las flores celestes del jacarandá
y el hombre hace el café,
hojea un libro, se asoma al patio
y piensa que es posible que llueva,
que ya casi es la hora
de despertar a su mujer,
que hay ropa tendida de la soga,
que el silencio con olor a humedad
le recuerda su infancia,
que la vejez se acerca
y el poema se aleja
y aún no sabe vivir.



Pablo Anadón
Pintura: Jan Vermeer

5 comentarios:

Ana dijo...

Quiero mirar lento el sol que nace tras los vidrios, donde las ramas de jacarandá comienzan a formar sombras azules.
Tomar ese café de regalo, yo recojo la ropa ¡Y aprender a vivir!

¡Qué regalos, Beatriz!
Bendita la belleza de las "cosas pequeñas".

Francisco Méndez S. dijo...

Johannes Vermeer es un maestro en el dominio de la luz, un cuadro de tema tan simnple es una obra maestra.
El poema es especial para el cuadro has creado otra belleza Beatriz. La lechera y la joven dela perla son mis Veermer favoritos.

Felicitacines amiga

Noelplebeyo dijo...

Precioso poema que no desmerece al cuadro

Luis López dijo...

Estuve contemplando esta obra en el Rijksmuseum cerca de 10 minutos. Espléndida.

Pame Recetas dijo...

QUé tristeza al amanecer!! El cuadro es perfecto!!! ya lo dijo Ulysses...

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