martes, 29 de diciembre de 2015

Petricor





Petricor, el distintivo aroma 
que acompaña a la primera lluvia
 tras un largo período de sequía.


Giarrano

viernes, 25 de diciembre de 2015

Feliz Navidad



El pasado es un país que siempre visito en Navidad.
Allí están los buenos momentos,
los seres que amé y amaré por siempre.
Las ilusiones de niña, 
la magia de los sentimientos,
el invaluable regalo de una infancia feliz.
Me gustan las tradiciones y mantenerlas.
Ahora, las prolongo en los nietos
y ellos responden al llamado
creyendo en esa magia,
queriendo que cada 24 de diciembre
regrese intacta como yo la viví.

¡Feliz Navidad, amigos, y amigas!

Pintura: Christmas morning.Henry Mosler

martes, 22 de diciembre de 2015

Ella te está observando


Ella te está observando y te siente segura

detrás de tu sonrisa. Mira como levantas
con lentitud la taza de café,
la calma de tu holgado pijama blanco
al leer el periódico de la mañana.
La paz que siente es un reflejo tuyo,
porque le permitiste que tuviera
sus primeros recuerdos
en el lado tranquilo de esta casa.
Mira con avidez adolescente,
pero no sabe aún que se siente segura
porque nunca le hablas del armario
que no te atreverías a ordenar,
ni del disco que temes escuchar otra vez,
ni de cartas antiguas que no puedes quemar.
Al volver una noche
es posible que llegue a descubrir
dónde empieza la paz de la mañana,
qué fondo de renuncia tiene a veces,
y de derrota siempre, nuestra calma.

Joan Margarit

domingo, 20 de diciembre de 2015

Así...



Así como no podemos

sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.

No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo

las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.

El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,

ni tampoco a lo que no es el hombre.

Y sin embargo puede

soportar el peso inexorable
de lo que no existe.

Roberto Juarroz
Catrin Weltz Stein

viernes, 18 de diciembre de 2015

Cada uno...



Cada uno tiene
su pedazo de tiempo
y su pedazo de espacio,
su fragmento de vida
y su fragmento de muerte.

Pero a veces los pedazos se cambian
y alguien vive con la vida de otro
o alguien muere con la muerte de otro.

Casi nadie está hecho
tan sólo con lo propio.
Pero hay muchos que son
nada más que un error:
están hechos con los trozos
totalmente cambiados.


Roberto Juarroz

martes, 15 de diciembre de 2015

En la carretera de Sintra




Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra,
A la luz de la luna y del sueño en la carretera desierta,
Guío solitario, guío casi despacio y un poco,
Me parece, o me esfuerzo un poco para que me lo parezca,
Que sigo por otra carretera, por otro sueño, por otro mundo,
Que sigo sin haber dejado Lisboa o sin tener que llegar a Sintra,
Que sigo ¿y qué más haría sino seguir y no parar y seguir?
Voy a pasar la noche en Sintra para no pasarla en Lisboa,
Cuando llegue a Sintra sentiré pena por no haberme quedado en Lisboa.
Siempre esta inquietud sin propósito, inconexa, sin resultado,
Siempre, siempre, siempre,
Esta angustia desorbitada del espíritu por ninguna cosa,
En el camino de Sintra, en el camino del sueño, en la carretera de la vida…
Maleable a los movimientos subconscientes con que guío el volante,
Brinca debajo de mí y conmigo el coche que me prestaron.
Me sonrío con la señal, al virar hacia la derecha.
¡En cuántas cosas prestadas camino por el mundo!
¡Cuántas cosas que me prestaron manejo como mías!
¡Lo que me prestaron, ay de mí, eso soy!
A la izquierda la casucha, sí, la casucha, al borde del camino,
A la derecha el campo abierto, con la luna a lo lejos.
El automóvil que hace poco parecía darme libertad
Es ahora una cosa que me encierra,
Algo que solo puedo guiar si me tiene encerrado,
Algo que solo domino si en él me incluyo y él en mí se incluye.
Atrás, a la izquierda, la modesta casucha, menos que modesta,
Qué feliz debe de ser ahí la vida: solo porque es la mía.
Si alguien me vio desde la ventana, pensará: ese sí que es feliz.
Tal vez para el niño que mira tras los cristales de la ventana de arriba
He sido (con el coche prestado) como un sueño, como un hada real.
Tal vez para la muchacha que ha mirado, al oír el motor, por la ventana de la cocina, sobre el piso de tierra,
Soy algo de ese príncipe que duerme en todo corazón de muchacha,
Y ella quizá me ha mirado a hurtadillas, tras los vidrios, hasta que me perdí en la curva.
¿Dejo sueños tras de mí o es el coche el que los deja?
En la carretera de Sintra, al claro de luna, en la tristeza, entre los campos y la noche,
Guiando el automóvil prestado con desconsuelo,
Me pierdo en la carretera futura, me disuelvo en la distancia que alcanzo…
Y en un deseo terrible, súbito, violento, inconcebible, acelero.
Pero mi corazón se quedó en el montón de piedras,
esquivado al verlo sin verlo,
En el montón de piedras a la puerta de la casucha,
Mi corazón vacío,
Mi corazón insatisfecho,
Mi corazón más humano que yo, más exacto que la vida.
En la carretera de Sintra, cerca de media noche, al claro de luna, al volante,
En la carretera de Sintra, qué cansancio de mi propia imaginación,
En la carretera de Sintra, cada vez más cerca de Sintra,
En la carretera de Sintra, cada vez menos cerca de mí.

Pessoa

lunes, 14 de diciembre de 2015

A veces...



"A veces paso el dedo pulgar 
por encima de alguna de las fotografías en las que aparece
 y siento que así le transmito algo cercano a la vida.
 Sí, es cierto, las fotografías guardan,
 como las presas recién cobradas,
 un rescoldo de calor.
 Paso el pulgar sobre ellas, las toco,
 y siento que me pongo en contacto 
con quienes ya no están,
 y ese contacto me proporciona 
consuelo indefinido."

Los disparos del cazador. Rafael Chirbes

domingo, 13 de diciembre de 2015

Yo vivo..


Los abismos atraen. 
Yo vivo a la orilla de tu alma. 
Inclinado hacia ti, 
sondeo tus pensamientos,
 indago el germen de tus actos.
Juan José Arreola.
Charnine

viernes, 11 de diciembre de 2015

El encuentro



Mientras ellos hablaban todo el tiempo 
de la nueva moral
ella me exploraba con sus ojos.
y cuando me levanté para marcharme
sus dedos fueron como el tejido
de una servilleta japonesa de papel.

Ezra Pound

domingo, 6 de diciembre de 2015

No es sólo...



No es sólo la pasión de los abrazos,
la saliva, el aroma, el vértigo, los besos
o el plácido desvelo de la ausencia.

Mi amor es la fábula y la trama,
el relato interior que sigue a cada encuentro,
la glosa que acompaña los adioses,
el minucioso exámen de las frases
y el eco que tu voz le pone a mi silencio.

Mi amor es ser feliz y no engañarme
anticipando el daño del negro desengaño,
cuando el sexo se esfume en el recuerdo
remoto y resentido de un orgasmo.
El consentir la calma en las mareas
y atesorar las horas y los días
de la fiesta de luz que celebramos,
del banquete voraz de los sentidos.

Y abolir la frontera de los cuerpos,
detenernos, subiendo la escalera,
a besarnos en todos los peldaños.


Leopoldo Alas Mínguez
Foto: Sena, 1954.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Los dos que duermen




No sé si me gusta más levantarme a tu lado al alba
o dormir abrazado a ti. Sentir cómo lates,
cómo te arrugas sobre ti misma 
como quien busca el acoplamiento perfecto de las almas. 
Percibo entonces, antes de que se desaten las tentaciones,
el calor de tu espalda y tus nalgas, el torrente
de la melena y su olor a melocotón o a mora.
Te lo digo a menudo: eres atrabiliaria con el champú.
Quedo un instante así, inmóvil como un barco que siente,
tembloroso como la luz de la sinrazón,
me quedo como si fuera un pájaro abatido
que parpadea y sueña el mejor de todos los vuelos.
A veces te duermes. Y ronroneas. Y musitas palabras
intraducibles, frases completas que me cuentas como
si estuvieras presa en la alucinación del olvido.
Estoy feliz así. En ese instante, cuando el mundo 
se desmaya, le pido a la carne que no se altere,
que apacigue sus ardores, que no enturbie la noche
de gemidos y de risas y de batallas de sudor,
y me digo a mí mismo que, algunas veces, el mejor sonido 
es el del silencio, el de la respiración de dos que se aman 
y escuchan la música del corazón sin saber si despertarán.


Antón Castro.Vivir del aire.
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