Amadeo

lunes, 22 de febrero de 2010

Calesita

Prendida a su cuello de madera blanca,
la crin se deshoja, sucia y desteñida.

Ha perdido el brillo su mirada de agua

y falta en su hocico la aureola amarilla.

Entre los estribos oxidados de alba,

de rocíos calmos, de calmas lloviznas,

su vientre redondo, con cierta elegancia,

cuelga todavía
y es aún su cola
la espiga trenzada
que flameaba
al aire las tardes de brisa.

Creo que lo arriaron en una mañana,

al cruzar un charco, orejas erguidas

y desde ese día, cabalga, cabalga

con seis compañeros entre la neblina.

¡Ay, si hemos corrido…! Esta vida gira

mucho más aprisa que aquella manada.

Ahí va mi caballo… ¿Me conocería?

Aún salta tan niño como yo saltaba.

Un amor furtivo le ha puesto la marca

de dos corazones sobre una rodilla;

por eso ahora todos en círculo marchan,

mirándose siempre, por si los lastiman.

Les han puesto un toldo de rojiza chapa

y un corral de espinas…
Y un cartel
que a veces se ve en noches claras,

al iluminarse las gotas que giran

después de las lluvias en las telarañas.

Un cartel que dice: “Lo siento. No pases.

Aquí sólo entran criaturas y hadas”.


Un guiño para Marcelo
Carlos Marianidis
Pintura: Elena Gualteriotti

5 comentarios:

  1. Cuanta magia, recuerdo cuando niña era todo un contecimiento el paseo en calesita.

    Bso grande Beatríz.;-)

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  2. Calesitero soy y ninguna calesita me es ajena. Gracias por el guiño, yo te guiño los dos ojos!
    Un beso Beatriz

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  3. Hola!!!!
    A vos te dejan entrar, porque tienes a tu niña tan a flor de piel, que nadie pude negarse, cuantos recuerdos…………
    Un abrazo de oso

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. "Llora la calesita
    de la esquinita sombría,
    y hace sangrar las cosas
    que fueron rosas un día.
    Mozos de punta y hacha
    y una muchacha que me quería.
    Tango varón y entero
    más orillero que el alma mía.
    Sigue llorando el tango
    y en la esquinita palpita
    con su dolor de fango
    la calesita...

    Carancanfún... vuelvo a bailar
    y al recordar una sentada
    soy el ranún que en la parada
    de tu enagua almidonada
    te grito: ¡Carancanfún!
    Y el taconear
    y la "lustrada"
    sobre el pantalón
    cuando a tu lado, tirado,
    tuve mi corazón.

    Grita la calesita
    su larga cuita maleva...
    Cita que por la acera
    de Balvanera
    nos lleva.
    Vamos de nuevo, amiga,
    para que siga
    con vos bailando,
    vamos que en su rutina
    la vieja esquina
    me está llamando...
    Vamos, que nos espera
    con tu pollera marchita
    esta canción que rueda
    la calesita..."

    Te felicito por tu hermoso blog y en especial por esta entrada.
    Soy calesitero como Marcelo.
    Saludos
    Javier

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