En el
cuarto amarillo
los amantes encienden las palabras.
Qué importa lo que duren, si prenden rápido,
si se tiñe la cama de reflejos de plata, azul, rojo,
naranja, si no suena otra cosa, si los miedos 
se escapan y florecen 
las quemaduras de la sábana.
Las palabras se afilan
con fuego de palabras.
Los amantes ensayan.
Carrie Graber

Buen gusto el tuyo para ilustrar poesía.
ResponderBorrarFeliz día.
Besos
Gracias Maite. Yo disfruto en el tuyo. Me encantaron tus librerías.
ResponderBorrarAsí son ellos
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