Domingo, flor de luz, 
casi increíble día. 
Bajas sobre la tierra 
como un ángel inútil y dorado. 
Besas a las muchachas de turbia cabellera, 
vistes de azul marino a los hombres que te aman, 
y dejas en las manos del niño 
un aro de madera o una simple esperanza. 
Repartes golondrinas, globos de primavera, 
te subes a las torres y giras las veletas oxidadas. 
Tu viento agita faldas de colores, 
estremece banderas, lleva lejos canciones y sonrisas, 
llena las estancias de polvo plateado.
Angel González
Pintura: Early sunday morning, Edward Hopper, 1930
Vine. Vi. Leí. Adoré.
ResponderBorrar"...y deja en las manos de los niños,
ResponderBorrarun aro de madera o una simple esperanza"...
me gustaria decirle algo al domingo.
bueno, mejor me aprendo este poema...
El domingo pasado leí esto, y casi lloro. No podía pararme a escribirte en ese momento, y esta semana ha sido muy loca. No sabes de qué manera me llegó.
ResponderBorrarLa imagen es perfecta.El escrito más, si cabe.
Belleza como tú.