blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
Amadeo
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sábado, 14 de febrero de 2009
Morí por la belleza
Morí por la belleza, pero apenasacomodada en la tumba, uno que murió por la verdad yacíaen un cuarto contiguo. Me preguntó en voz baja por qué morí. Por la belleza -repliqué-. -Y yo por la verdad- Las dos son una, somos hermanos -dijo- Y así, como parientes, reunidos una noche hablamos de un cuarto a otro hasta que el musgo alcanzónuestros labios y cubrió nuestros nombres.
Emily Dickinson (versión de Irene Gruss) Pintura: Emilio Vadilo Caballero
"...hasta que el musgo alcanzó nuestros labios y cubrió nuestros nombres."
¡Que no murieran con ellos la belleza y la verdad! Son la esencia de la vida, el único legado digno de ser transmitido. Qué efimera utopía es la confianza en que así sea. En los abismos del desencanto crece el musgo también.
El día que no encuentre belleza en este blog te aviso. Es más sencillo eso que intentarte decir cómo me han gustado estas letras que no sólo son sabias. Además son bellas.
"...hasta que el musgo
ResponderBorraralcanzó nuestros labios
y cubrió nuestros nombres."
¡Que no murieran con ellos la belleza y la verdad! Son la esencia de la vida, el único legado digno de ser transmitido. Qué efimera utopía es la confianza en que así sea.
En los abismos del desencanto crece el musgo también.
Gracias Beatriz por mostrar la belleza y verdad, que bueno que te conocí es un placer venir a tu blog.
ResponderBorrarUn abrazo grande
El día que no encuentre belleza en este blog te aviso. Es más sencillo eso que intentarte decir cómo me han gustado estas letras que no sólo son sabias. Además son bellas.
ResponderBorrarPara hacer una pradera se necesita un trebol y una abeja
ResponderBorrarPara hacer una pradera
se necesita un trébol y una abeja.
Un trébol y una abeja
y el ensueño.
Si las abejas y el trebol escasean,
basta el ensueño.