blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
Amadeo
▼
sábado, 2 de mayo de 2009
Claroscuro
La aplicación de las manosde los dedos la concentrada inclinación de la cabeza el sometimientouna tarea tan minuciosacomo obsesiva El aprendizaje de la sumisióny del silencio Madre, yo no quiero hacer encaje no quiero los bolillos no quiero la pesarosa saga No quiero ser mujer.
La poesía se convierte en la voz de la “La encajera” de Jan Vermeer". Tiempos en que el trabajo tenía manos pero no tenía voz. Buenísimo Beatriz! Un beso
¡Cuántas niñas no habrán dicho eso! Y también niños. El temor a perder la infancia es uno de los traumas más terribles de lo esencial humano, de su raíz esencial. Si a eso le añadimos toda la carga social... especialmente para el caso de la mujer... Breve, certero y hermoso el poema de Cristina Peri. Saludos desde este sur de Europa que es casi norte de Africa (¿se puede surear en un sur tan al sur que casi es norte... jajaja)
Me encanta esta poetisa. ¡Qué viva esta rebeldía!
ResponderBorrarBrava entrada. Saluditos.
La poesía se convierte en la voz de la “La encajera” de Jan Vermeer".
ResponderBorrarTiempos en que el trabajo tenía manos pero no tenía voz.
Buenísimo Beatriz!
Un beso
En tiempos difíciles como estos, es bueno recordar de donde venimos y que enmuchas cosas hemos avanzado.
ResponderBorrarUn beso Beatriz!
¡Cuántas niñas no habrán dicho eso! Y también niños. El temor a perder la infancia es uno de los traumas más terribles de lo esencial humano, de su raíz esencial. Si a eso le añadimos toda la carga social... especialmente para el caso de la mujer...
ResponderBorrarBreve, certero y hermoso el poema de Cristina Peri.
Saludos desde este sur de Europa que es casi norte de Africa (¿se puede surear en un sur tan al sur que casi es norte... jajaja)
Gracias Elena, Inés, Marcelo y el Profe.
ResponderBorrarEse trabajo de la encajera, resume la dedicación, la sumisión de la mujer, el claroscuro de su vida.
Profe: siempre se puede surear, si estamos muy, muy al norte, damos la vuelta y bajamos.