...En los vastos confines orientales
del azul palidecen los planetas,
el alquimista piensa en las secretas
leyes que unen planetas y metales.
Y mientras cree tocar enardecido
el oro aquel que matará la Muerte,
Dios, que sabe de alquimia, lo convierte
en polvo, en nadie, en nada y en olvido.
Pintura: Cornelis Bega
Hola:
ResponderBorrarPasé a ponerme al día...
Preciosos los poemas y las imágenes.
Es un gusto venir a verte y disfrutar tu blog.
Besos.
Precioso como siempre
ResponderBorrarQué bonito Beatriz todo!
ResponderBorrarVoy a buscar sobre el pintor, me gusta...
Un beso