blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
Amadeo
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martes, 6 de abril de 2010
Rosario
Yo la quería mucho, pero entonces
amar y destruir sonaban parecido,
como en los más confusos poemas de Aleixandre.
Nos casamos con otros. Tal vez así perdimos
lo mejor de la vida. Quién sabe. Hubo una noche
en que ambos acordamos que pudo ser distinto
el rumbo de esta historia de culpa y cobardía.
Se quitó el pasador de su cabello oscuro
y me lo dio al marchar, y nunca volví a verla.
Murió. No lo he sabido hasta esta tarde misma,
varios años después, en su pequeño pueblo
y frente a la serena desolación del mar.
Ahora intento evocarla, pero se desvanece:
No he encontrado siquiera su pasador de rafia.
Jon Juaristi
Pintura: Aracil Germán
Desolador ,ya no hay dos para el recuerdo ,no hay nada.....
ResponderBorrarSólo porque murió la recordó. Había perdido hasta su pasador. No creo que el mar estuviera tan desolado.
ResponderBorrarAl menos no hubo mentiras. Al menos sugió este hermoso poema.
Al leer pensé en la canción de Julio Iglesias:
ResponderBorrar"Lo mejor de tu vida me lo he llevado yo.
Lo mejor de tu vida lo he disfrutado yo.
Tu experiencia primera,
el desperatar de tu carne,
tu inocencia salvaje me la bebido yo.
Me la he bebido yo."
Saludos argentinos.
Triste pero precioso
ResponderBorrarBello y triste, sí. Mejor vivir los momentos en que sentimos algo que vale la pena que dejarlos marchar. Besos
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