Ámame sólo como amarías al viento
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes;
Ámame sólo como amarías al viento
que nada sabe del alma de las rosas,
ni de los seres inmóviles del mundo,
como al viento que pasa entre el cielo y la tierra
hablando de su vida con rumor fugitivo;
ámame como al viento ajeno a la existencia
quieta que se abre en flores,
ajeno a la terrestre
fidelidad de las cosas inmóviles,
como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo,
como al viento en quien pena y goce se confunden,
ámame como al viento tembloroso y errante.
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes;
Ámame sólo como amarías al viento
que nada sabe del alma de las rosas,
ni de los seres inmóviles del mundo,
como al viento que pasa entre el cielo y la tierra
hablando de su vida con rumor fugitivo;
ámame como al viento ajeno a la existencia
quieta que se abre en flores,
ajeno a la terrestre
fidelidad de las cosas inmóviles,
como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo,
como al viento en quien pena y goce se confunden,
ámame como al viento tembloroso y errante.
Ricardo Molina
Pintura: Igor Maykov
un poema precioso, de un poeta de mi tierra¡¡¡
ResponderBorrarun abrazo Beatriz
Pero esa forma de calificar el viento ,tan exacta ,y desear un amor así no va con mi gusto.
ResponderBorrarMe parece que el amor es lo màs personalizado posible.
En este caso desearía la luz del sol que actúa transformándolo todo y dando vida.
Que hermoso poema Beatriz, cuanta intensidad. Y que delicada la pintura.
ResponderBorrarTe dejo un beso