Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes,
yo vine a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos-
envejecer, morir,
eran tan sólo las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
Pintura: Amalie Dohn
Pues esperemos entonces, mejor, que sea una obra larga pero amena. Cuando acabe, al menos, no estaremos para leer la crítica.
ResponderBorrarUn beso, Beatriz.
Qué poco falta ya para el bicentenario!! Intentaré ver los actos que se televisen
Pero que aburrimiento ,estar mirando una viejecita en el espejo.
ResponderBorrarYo todavía me contemplo como un alma jòven llena de proyectos y alegrìas.
El espejo.....me lo invento total está en mi "REALIDAD VIRTUAL".