Amadeo

lunes, 11 de junio de 2012

Contraluz


Cuando era niña le gustaba cubrir con la mano
el cristal de la linterna y mirar a contraluz
el
borroso perfil de los dedos, de un rojo acuoso,
los
quietos huesecillos como crisálidas,
la seda blanca
de la piel.
Constantemente aquel deseo
de que la
luz atravesara su carne
y le llegara muy adentro
del corazón,
como si ella, toda entera,
fuera un farolillo chino de
suave papel.
Con los años entendió, sin embargo,
que
siempre es de noche en el centro de la rosa.

Gemma Gorga
Pintura:Oda Krogh

7 comentarios:

  1. Beatriz:
    Me ha gustado esta entrada. Sobre todo el poema, tan universal: ¿quién, siendo niño, no se radiografío la mano?
    Acertado trabajo, te felicito.
    Saludos,
    Cecilio

    ResponderBorrar
  2. Una tierna evocación.

    "...es de noche en el centro de la rosa". Allí se puede descansar, al abrigo de ese ropaje superpuesto, suave y perfumado.

    Un abrazo, amiga

    ResponderBorrar
  3. Bellísimo lenguaje visual.
    Que entre la luz, ya todos conocen cómo es el centro de la rosa.

    ResponderBorrar
  4. Me encanta esta poeta,gracias por redordarmela

    ResponderBorrar
  5. Pero qué bueno! Me recordé de niño, haciendo lo mismo.

    ResponderBorrar
  6. Es universal como dice Cecilio, ¿quien no se radiografió alguna vez la mano?

    Un descubrimiento para mí ha sido la poesía de Gemma Gorga.

    Gracias amigos por sus comentarios.

    ResponderBorrar
  7. jajajja, ya veo que yo no era la única que me radiografiaba la mano.
    El poema, precioso. Creo recordar que anteriormente has puesto ya algo de Gemma Gorga, yo la descubrí entonces, como a Jane Kenyon y disfruto mucho con su lectura.
    Gemma me encanta.

    eva

    ResponderBorrar