Sale de la marquesina y mira
hacia la izquierda:
vuelve y reinicia su pequeño claqueteo nervioso.
No aguanta más, se muere, necesita
que llegue el autobús, la vida, todo
lo que ésta le tenga reservado.
Y lo necesita ya, ahora, esta noche de sábado.
Mañana es una entelequia, una ficción,
un planeta a años luz.
Y vuelve a salir y mira y se consume de deseo.
es terriblemente desgraciada un segundo
y al siguiente – llega el autobús al fin – se ríe
y parece que amanece en el mundo.
Y yo la miro y pienso,
que aunque sólo fuera por eso,
por esa fuerza, por sentir
lo que ahora mismo está sintiendo ella,
merece la pena vivir.
hacia la izquierda:
vuelve y reinicia su pequeño claqueteo nervioso.
No aguanta más, se muere, necesita
que llegue el autobús, la vida, todo
lo que ésta le tenga reservado.
Y lo necesita ya, ahora, esta noche de sábado.
Mañana es una entelequia, una ficción,
un planeta a años luz.
Y vuelve a salir y mira y se consume de deseo.
es terriblemente desgraciada un segundo
y al siguiente – llega el autobús al fin – se ríe
y parece que amanece en el mundo.
Y yo la miro y pienso,
que aunque sólo fuera por eso,
por esa fuerza, por sentir
lo que ahora mismo está sintiendo ella,
merece la pena vivir.
Pintura: Annick Bouvier
Gracias por escribir tan bien.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEs un poema de Karmelo Iribarren.
ResponderBorrarEste KARMELO tiene ideas tan inigualables!!!
ResponderBorrarKarmelo, grande, único.
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