aún que yo vivía en unas
manos,
ellas pasaban sobre mi
rostro y mi corazón.
Yo sentía que la noche era
dulce
como una leche silenciosa. Y
grande.
Mucho más grande que mi
vida.
Madre:
era tus manos y la noche
juntas.
Por eso aquella oscuridad me
amaba.
No lo recuerdo pero está
conmigo.
Donde yo existo más, en lo
olvidado,
están las manos y la noche.
A veces,
cuando mi cabeza cuelga
sobre la tierra
y ya no puedo más y está
vacío
el mundo, alguna vez, sube
el olvido
aún al corazón.
Y me
arrodillo
a respirar sobre tus manos.
Bajo
y tú escondes mi rostro; y
soy pequeño;
y tus manos son grandes; y
la noche
viene otra vez, viene otra
vez.
Descanso
de ser hombre, descanso de
ser hombre.
Antonio Gamonal
Julia Ester 8 septiembre 1935
Hoy cumples 97
Bufffffffffffffff!!! Los "pelos de punta", Beatriz.(Permitirme este lenguaje "nada poético")
ResponderBorrareva
Qué maravilla.
ResponderBorrarGracias. Un beso.
Preciosa Julia ¡Feliz cumpleaños!
ResponderBorrar"A veces,
ResponderBorrarcuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos."
Gracias amigas.