Amadeo

lunes, 8 de septiembre de 2014

Caigo sobre unas manos




Cuando no sabía
aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.

Yo sentía que la noche era dulce
como una leche silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.
                                                         Madre:
era tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.

No lo recuerdo pero está conmigo.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están las manos y la noche.
                                                 A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
                           Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.
                                                  Bajo
y tú escondes mi rostro; y soy pequeño;
y tus manos son grandes; y la noche
viene otra vez, viene otra vez.
                                                      Descanso
de ser hombre, descanso de ser hombre.



Antonio Gamonal
Julia Ester 8 septiembre 1935
Hoy cumples 97

4 comentarios:

  1. Bufffffffffffffff!!! Los "pelos de punta", Beatriz.(Permitirme este lenguaje "nada poético")

    eva

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  2. "A veces,
    cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
    y ya no puedo más y está vacío
    el mundo, alguna vez, sube el olvido
    aún al corazón.
    Y me arrodillo
    a respirar sobre tus manos."

    Gracias amigas.

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