I 
Daría cuanto tengo, cuanto soy, 
cuanto seré y cuanto tuve, 
por abrirte de nuevo el corazón 
y dejarte entrar a saco en él. 
Sólo quiero saber que habrá más noches, 
que volverán tus manos a las mías, 
que desnudarás la ternura con ternura 
y que tu boca se abrirá camino de nuevo 
a los angostos rincones 
donde silenciamos el miedo a los silencios. 
II 
Tendría que escribirte un poema. 
Un poema blando como el pan de cada día 
y azul como el mechón de mi pelo. 
Uno que te atara a mi piel 
y que dejara en la tuya 
palabras de porcelana. 
Tendría que usar las letras 
de un alfabeto sin inventar, 
las notas de un pentagrama, 
las sílabas de los silencios, 
los acordes de un corazón latiendo. 
Tendría que escribirte un poema 
que no olvidaras nunca, 
un brevísimo poema de arena 
derramándose por los espacios 
que dejamos al besarnos 
sin apenas rozarnos los labios, 
un minúsculo poema 
que durmiera siempre en tu pupila 
mientras yo no estuviera en ella. 
Pero no sé escribir poemas de amor.
Begoña Abad
German Aracil

Que no sabe, dice Begoña...
ResponderBorrarSabe, decimos nosotras y sabe muy bien.
ResponderBorrar¡Maravilloso poema!
Ella sabe escribir, vos sabés leer y yo lo daría todo porque me abrieran el corazón.
ResponderBorrarUn beso!
Te lo abrirán, Marcelo. Seguro que sí. Regálale este poema.
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