Amadeo

lunes, 1 de diciembre de 2014

Uno en la multitud...



Lanzamos mensajes de texto
correos electrónicos
entradas en bitácoras

igual que los náufragos
lanzaban al mar sus botellas.
Pedimos que nos rescaten

de nuestras islas sin playas.
Como siempre, hay mareas
turistas y mirones numerosos

y sólo de vez en cuando
uno entre la multitud
entiende nuestra letra.

Ana Pérez Cañamares
Blakely

6 comentarios:

  1. Uno entre la multitud, suficiente.

    eva

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  2. Tal vez haga como que la entiende.
    Una farsa.

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  3. Nos regalas tanta belleza... ayer descubrí un poema que me conmovió, fue como un prodigio cuando lo descubrí por casualidad, me llenó de alegría. Ahhhhh la poesía Beatriz...


    No estamos en la era de internet,
    ni gira el hombre en torno del planeta;
    no es verdad que ahora estén ardiendo los pinares de Samos y los de otras islas griegas;
    ya no se intuye el caos, el fin de todo, en la eterna y sutil amenaza
    de vivir en los límites.

    De repente, gracias a este palacio-monasterio de Juan II, nos hemos trasladado al siglo XV.
    Por caminos y campos abrasados
    habíamos venido al corazón del sol de Castilla en busca de una sombra
    y en ella hemos hallado
    la frescura de un claustro,
    lo puro del adobe, la piedra y el ciprés,la campana callada.

    Y en la pared del refectorio grande
    (el que tiene por mesas los rústicos tablones),
    hemos visto el retrato de una mujer, y en él una leyenda:

    "Ésta es Doña María,la que murió de éxtasis".
    Y, de golpe, ya nada comprendemos
    de ese avispero o mundo
    que se ha quedado fuera de estos muros y en el que nos creemos que vivimos muriendo.

    Estancia en penumbra, la frescura
    del claustro y de su pozo, la pureza
    del adobe, la piedra y el ciprés
    la campana callada...
    Allá arriba, ardiendo
    - como trillada en las eras blancas del cielo calcinado-,
    la mies del corazón, los soles de Castilla.
    Abajo, en la penumbra, ese jardín
    cerrado para muchos.

    Y hoy todo nuestro éxtasis consiste
    en saber que hubo un tiempo
    en el que alguien se murió
    de éxtasis.


    Antonio Colinas

    Un beso, con mucho cariño.

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  4. Muchas gracias por este poema, Rosa. ¡Una maravilla!
    y afuera..."el avispero"

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  5. Un placer, Beatriz, me alegra que te haya gustado.

    Un beso.

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