de a poco
se olfatearon con recelo
miraron sus sombras
eran exactas
midieron sus soledades
coincidían
probaron el hueco de sus manos
ensamblaban casi a la perfección
decidieron entonces
que ese casi era un todo
una completud pertinente para el caso
se probaron los besos
eran de su talle
él acercó su mar a la tierra de ella
ella abrió sus pájaros en el cielo de él
pusieron uno encima del otro
sus nombres terrestres
luego un círculo de luz se formó bajo sus pies
dejan desde entonces
por donde andan
caminos con aroma a eucaliptos
árboles que se abrazan con alegría.
Foto: Shalom Harlow
Qué bello es este poema, cada renglón está lleno de poesía, es fascinante!
ResponderBorrareva
"midieron sus soledades, probaron sus besos y eran de su talle...." ay me encantó también Eva.
ResponderBorrarUn abrazo
No sé cómo medir estos momentos de descubrimiento. me desbordan
ResponderBorrar¿Quién podría resistirse? Gracias, de nuevo, por encontrarlo.
¡"La luz", Peredo, ya la noto...!
me encantan a mí también Ana, me devuelven a esos años de facultad, años de búsqueda, años de lucha también.
ResponderBorrar"midieron sus soledades..." creo que desde la soledad concibes el amor de otra forma, quizás más generosa, más plena; el amor y sus múltiples facetas, la magia del amor.
ResponderBorrarCoincidimos Beatriz.
eva
Dios mío, qué bonito.
ResponderBorrarAyer, estuve aquí dos horas, qué maravillosa es la poesía.
Gracias, un beso.
gracias amigas, me encantan estos descubrimientos y compartirlos y ver como otros también los disfrutan.
ResponderBorrarUn abrazo a todas.