Nos mantuvimos en otra frecuencia
que no alcanzan los ojos mortales
y aprendimos el lenguaje en morse:
dos latidos, pausa, el robo de un beso,
un baño en el mar de tu infancia, pausa.
Agradezco a la vida
que nunca fueras mío
para que nunca quisieras irte.
Begoña Abad
En algunos recuerdos sonarán fuerte los latidos. Se haya marchado o no
ResponderBorrarLos tres ultimos versos... MARAVILLOSOS!!!
ResponderBorrareva