Al doblar la manta
me he entretenido con sus flecos.
Y una vez doblada
la he estrechado contra mi pecho.
Los ojos cerrados,
y la mirada hacia dentro.
Ni un sonido, ni una voz, nada.
La cabeza gacha,
y una íntima sensación
de sosiego.
Guillermo Urbizu
Qué belleza. Besos
ResponderBorrarYo no sé el porqué, pero me subyugan estos gestos cotidianos.
ResponderBorrarUna mantita, una lamparita... cajita, velita, ita, ita, ita...Y se pone en marcha la vida.
En algunos flecos, entrelazados, al tacto pasan las páginas del tiempo.
Me encanta Guillermo Urbizu.
ResponderBorrarTa sencillo, tan profundo.
Un beso, querida Beatriz.
Buena tarde de domingo.
Las tardes de domingo te recuerdo mucho.
Domingo, esa sensación de no se sabe a qué, lluvia,viento, y este poema para terminar la tarde recordando esa mantntita que me tejió mi madre con cuadrados de diversos colores, y flecos!!!
ResponderBorrareva
Gracias amigas. Los gestos cotidianos nos sostienen a diario. Los poemas de Guillermo Urbizu me tienen maravillada.
ResponderBorrar