Nunca pensé que sería tan bello dejarme ir.
Tampoco imaginé que dolería tanto.
Pero la brisa continúa merodeando los molinos
y la belleza rinde aún las voluntades a su paso.
Lo demás. Todo. Una ficción que hila imposibles.
El mar, la sierra, la distancia,
este jardín.
Marialuz Albuja Bayas
Astrup
Las noches de domingo no acaban mal si paso por Sureando
ResponderBorrarLas mías tampoco....si me visitan los pocos lectores de blog que van quedando y si escribo, y si leo y...
ResponderBorrar