Si, qué tristeza. Me pasa cuando voy a los mercados de pulgas, que pienso en esas cosas que pertenecieron a un entorno familiar y luego están ahí tan solas, y aunque alguien las compre y se las lleve a su hogar, ya no será lo mismo, se habrá perdido su historia para siempre
A la tetera le falta el saquito a dos agujas con reborde de crochet de Margareth. La vez pasada mis hijas ,de su placard que-arriba- guarda muchas de esas cosas amadas ,por sacar otro objeto hicieron polvo una radio que fué testigo de toda mi infancia. En ella escuchamos noticias aterrantes y de gozo ,amedrentantes y esperanzadoras . Yo pensaba que quizás no se deshizo y vive en mi recuerdo.
Si, qué tristeza. Me pasa cuando voy a los mercados de pulgas, que pienso en esas cosas que pertenecieron a un entorno familiar y luego están ahí tan solas, y aunque alguien las compre y se las lleve a su hogar, ya no será lo mismo, se habrá perdido su historia para siempre
ResponderBorrar¡Qué bonito el comentario de Pamela!
ResponderBorrarPreciosa entrada.
Síiiiii, yo creo que las cosas tienen vida, me sucede lo mismo que a Pamela y me pregunto donde irán a parar los pequeños objetos que amo....
ResponderBorrarA la tetera le falta el saquito a dos agujas con reborde de crochet de Margareth.
ResponderBorrarLa vez pasada mis hijas ,de su placard que-arriba- guarda muchas de esas cosas amadas ,por sacar otro objeto hicieron polvo una radio que fué testigo de toda mi infancia.
En ella escuchamos noticias aterrantes y de gozo ,amedrentantes y esperanzadoras .
Yo pensaba que quizás no se deshizo y vive en mi recuerdo.
De seguro que esa radio vive en tu memoria como el saquito tejidos para la tetera de Margareth.
ResponderBorrar