miércoles, 27 de mayo de 2009

Serpientes de agua de Gustav Klimt 1862-1918


También los colores amanecen,

también ellos despiertan

con los gallos de la madrugada

y cantan la explosión del sol.

Algunos son agua pura.

A otros el pincel les confirió

el rubor que se esconde

en la nervadura de ciertas hojas.

Otros, aún, festejan

el nacimiento de la alegría.

O del amor, da lo mismo.

O no sería él una fiesta.

Pueden llamarle

Judith,

Salomé:

sólo dicen los otros nombres

de la serpiente.

Albano Martins
(traducción de Jesús J. Barquet)

2 comentarios:

Ana dijo...

No son ojos normales los que ven de este modo. Ve con los ojos del alma, los del silencio, los ojos tranquilos que atesoran detalles inadvertidos al resto.

elena clásica dijo...

Qué prodigio de colores y banquete de belleza nos ofrece siempre Klimt. Qué exceso de amores y sensaciones. El amor rebosa de los colores del poema y de los cabellos y desnudos desbordados de la pintura de Klimt. Qué mago pintor.

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