martes, 24 de noviembre de 2009

Escenas del derrumbe de occidente


La mañana torpe saliendo de la muerte,
el dolor de vientre, de caderas, de rencores,
aquel golpe en mi boca de un loco que aún resiento,

la estafa del amor doscientas veces.

Una noche desgarrada solamente,

las últimas palabras de mi padre;

el odio que recibo en ciertas cartas,
el pútrido aroma de estar solo.

Un papel abierto sin un verso,

la pobreza de las almas como enfermas,

ese yo terrible –inmenso- que tenemos

y no cesamos nunca de excusar.


Andrés Morales
Pintura:
the wounded man. Gustave Courbet

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que entro en tu blog me sorprendes con hermosos poemas y maravillosas pinturas.
Mientras la vida fluye…entre muchos miedos que nacen de la fatiga y la soledad.
Sin palabras de aliento, sin un despertar de la noche, sin nada esperar de aquel amor… de cartas por contestar olvidadas en un cajón, el terrible yo que desgarra el alma y no cesamos nunca de excusar.

Saludos Sureando

Caty

Ana dijo...

Algunas visiones tan dramáticas y que parecen en ocasiones tan reales...

Estos versos son muy ciertos:
"ese yo terrible –inmenso- que tenemos
y no cesamos nunca de excusar."

Un abrazo, Beatriz.

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