Ha habido en mi vida
interminables domingos
desolados y vacíos,
en los que deseaba ardientemente
escribir algo para consolarme
de la soledad y del aburrimiento,
para ser acariciada y acunada
por frases y palabras
Natalia Ginzburg
3 comentarios:
Un beso, Beatriz.
Me alegro mucho de ¡verte!
Nunca he sentido la soledad así ...
Duro.
Hola Rosa. Un poquito alejada. Las circunstancias....
Hay domingos que se clavan como lanzas.
eva
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