Si oyes un ruido como de lluvia en la ventana,
si cruje la madera de la puerta
y una luz temblorosa se filtra por debajo,
si hace frío de pronto alrededor,
soy yo de nuevo
queriendo entrar, el pelma ese de la tristeza,
de la muerte y la vida solitaria;
y, para colmo, en verso.
No me eches;
no puedes, ni siquiera parando tu lectura:
por mucho que apartases la mirada,
jamás te negaría la palabra, ya escrita
sin remisión aquí.
Porque aun marchándote
lejos de este poema, yo ―vitalista, eufórico, imparable―
diría, como ves, que en todo adiós hay muerte,
tristeza y soledad.
Y es que además
seguiría la lluvia llamando a tu ventana,
seguiría el crujido de la puerta,
seguiría filtrándose una luz,
seguiría este frío,
seguiría escribiendo.
José Alcaraz
Leonardo Basana
3 comentarios:
No me gusta la palabra adiós., nunca la digo.
Interesante descubrimiento en este poeta, Beatriz.
eva
"Troquelado".
Bendito pelma...
el pelma ese de la tristeza...
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