jueves, 17 de agosto de 2017

Poema



Antes de empezar un largo viaje
cierra los ojos y absorbe con calma
todo aquello que te invita a quedarte.
Los afectos, las amistades,

aquellos objetos que justifican las horas,

el azul del mar matricial,
los crepúsculos ocres sobre las fachadas de tu ciudad,
tu querido rincón toscano,
con los olivos, los cipreses, el limonero,
y los libros, sobre todo los viejos libros
que te acompañan desde hace años.
Luego abre los ojos,
coge la maleta, cierra la puerta
y, sin mirar atrás, sin dudar,
parte, parte decidido.


Rafael Argullol

martes, 15 de agosto de 2017

Sentir



Hasta el hueco del cuello y la clavícula,
hasta sentir la mano por las sienes...

Emma Barrandeguy

jueves, 10 de agosto de 2017

Siempre sorprende




Siempre sorprende

la repetición de los gestos
al bañarse,
al doblar la ropa
y guardarla en los roperos.
Los años me han enseñado
el ahorro de energías
y la precisión. 
Y hasta a mirarse en los espejos
con la ceguera necesaria.
Sabemos que hay siempre una frase
que nos espera. 
Y el beneficio de la lluvia. 
Y hasta la sonrisa
ha encontrado su medida justa
y el domingo la dimensión doméstica adecuada.
Pero hay cosas que todavía nos indignan. 
Y todavía
la mentira presurosa 
viene en ayuda de un amor imposible.


Emma Barrandeguy
Pintura: Esmailipour

miércoles, 9 de agosto de 2017

Iría contigo...



Iría contigo de la mano
por todos los parajes de la infancia...

Emma Barrandeguy
Foto: Antana Sutkus

lunes, 7 de agosto de 2017

El cuerpo



¿Por qué no es posible el amor?,
me preguntas.
Somos viejos, respondo.
Y que pases tu mano
por mi pierna,
me da cierta vergüenza.
Tontería, dice el amigo
y cediendo
me tiendo a su lado como cuando era joven
y lo ignoraba.
Pienso en todos los viejos
que desde un banco al sol
miran transcurrir las muchachas.
En mi padre y sus esquelas victorianas
a las niñas de los mandados.
Pienso en mi madre pulcra
cubriendo sus desnudos en un último gesto.
Pienso que los viejos son como todos
y apetecen sin pausa
si no han sido saciados.
El cuerpo gira ante sus ojos
con el gusto de lo prohibido,
como siempre.
Se los instala en la sabiduría
y no la tienen;
codician como jóvenes,
tienen pequeñas ternuras
como mi amigo,
tienen lascivas preferencias
que no les cuentan a los otros,
tienen derecho al amor
aun a costa del ridículo.
Y si pasan tomados de la mano
o se encierran en su mundo
con las persianas bajas,
tendríamos que mirarlos sin asombro
como a lentos vagabundos
o discretos amantes que renuevan caricias.

Emma Barrandéguy
Foto: Sam Caplat

viernes, 4 de agosto de 2017

Paseo



Descalzo entró en mi cuarto,
llovía y estaba acostada.

                                          Me levanté y salimos en el auto.

Él estaba triste, había llorado
por un desamor.
Él sabía, sin embargo, que yo soñaba
con un imposible amor
para mis años,
pero yo sabía también que a él
eso lo ponía contento.
Quería verme feliz y compartir algo conmigo.
Aunque fueran cinco días de dicha, decíamos.
Él lo había adivinado.
Y yo metía los pies en sus zapatos aplastados
mientras errábamos por Gualeguay bajo la lluvia.
Y el amigo y yo nos dábamos la mano,
solos y
acuñados por idénticos desencuentros.



Emma Barrandéguy

martes, 1 de agosto de 2017

Esa soy yo




Esa soy yo:
una mujer gastada y melancólica
con la mirada
que arranca de una infancia razonable
y una cabeza peinada
como corresponde
a una señora de tantos años.
Procuro que las canas
tengan su orden natural
que tranquiliza a los que miran,
aunque yo casi estoy segura,
después de todo,
que moriré sin haber sentado cabeza.

Emma Barrandeguy
Pintura:Hamish Blakely
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