jueves, 29 de octubre de 2020

Oración al azar




 “Que todo pueda cambiar y no cambiarnos;

que nuestras mutaciones sean idénticas,
nuestras muertes simultáneas”.
Debe ser un dolor intolerable
sentir que cesa la felicidad.

Juan Rodolfo Wilcock

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Quisiera ir un día


   Quisiera ver un día aquella tierra,

la que me desterró a mundos ajenos,

ir por las calles consabidas,


pararme ante las ruinas de mi adolescencia


furtiva, abandonada, anónima.



Mascha Kaleko

sábado, 5 de septiembre de 2020

Hay noches

Hay noches

que no ocurren nunca

y tú las buscas
moviendo la boca.
Después te imaginas sentada
en el lugar de los dioses.
Y no sabes decir
dónde está el sacrilegio:
si en el repudio 
de la edad adulta
—que nada perdona—
o en el afán 
de ser inmortal
para vivir infinitas 
esperanzas de noches
que no ocurren nunca.

Alda Merini
Giarrano

domingo, 23 de agosto de 2020

Con dedos invisibles,,,


 


 Con dedos invisibles, por la noche,

 alguien trenza de nuevo los destinos.

Recompone lo roto, le devuelve
la armonía perdida a lo imperfecto.
Cobran vida las cosas que no fueron,
y lo que el mal deshizo, vuelve a ser.
Del cerebro dañado surge un río
de aguas siempre tranquilas. De la médula
enferma crece un bosque de hayas, míralo
ahí, ahí. Lo que no tuvo forma,
lo que no llegó a ser, el niño muerto,
el destino truncado, un amor triste,
todo esto resucita en esos dedos
que vibran en la noche. Y así surge
la inconstante belleza de este mundo.
Y también la del más allá
que no conoceremos.

Eduardo Jordá
Kailin Zhao

domingo, 2 de agosto de 2020

Hoy, domingo



La nieve cruje como pan caliente
y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos,
y yo pienso en el pan y en las miradas
mientras camino sobre la nieve.

Hoy es domingo y me parece
que la mañana no está únicamente sobre la tierra
sino que ha entrado suavemente en mi vida.

Yo veo el río como acero oscuro
bajar entre la nieve.
Veo el espino: llamear el rojo,
agrio fruto de enero.
Y el robledal, sobre tierra quemada,
resistir en silencio.

Hoy, domingo, la tierra es semejante
a la belleza y la necesidad
de lo que yo más amo.

Antonio Gamoneda
George Bellows


lunes, 20 de julio de 2020

Veo , veo



Creo que ya he visto

todo lo que un hombre puede ver.

Vi tres arcoiris juntos en el cielo.

Vi a un padre llorando sobre el plato de sopa.

Vi Venecia.

Vi a un hombre inclinado sobre otro hombre

con un rayo en la mano, haciéndole daño.

Vi a Rulfo, que se apoyó en mi brazo.

Vi a una mujer hermosa

con los brazos en alto recogiéndose el pelo.

Vi la crueldad por aburrimiento

y el heroísmo por orgullo.

Vi a la Muerte pasar a mi lado sin reconocerme

y vi a mi hermano incendiando corazones.

Una noche vi lo que no debiera haber visto.

Vi a la Tierra girando en el espacio y oí su ruido.

Vi el Paraíso, pero me expulsaron.

Vi a una madre jugando con harina.

Vi caer a un gato desde lo alto y matarse.

Vi a un hombre altísimo con manos de relojero

y vi a las silenciosas mujeres de Vermeer.

También vi a Dios, una tarde, en una celda,

pero se fue, y no hubo nada.  


 Mario Paoletti
Foto: Renée Perle

jueves, 16 de julio de 2020

Oda al amor



Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.


María Mercedes Carranza
Giarrano

jueves, 25 de junio de 2020

Quién...



¿Quién tensa el arco
de la pregunta?
¿Qué boca desmenuza
lo que el oído
cree escuchar?
¿En qué molino 
de silencio oímos
lo que no se deja
pronunciar?

Ricardo Pochtar

sábado, 16 de mayo de 2020

Allá



Si acaso al otro lado de la vida
otra vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?

De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos. O separados.


Meira Delmar

martes, 5 de mayo de 2020

Constante despedida



Estos días
los otros

los de nubes tristísimas e inmóviles
olor a madreselvas
algún trueno a lo lejos.
Estos días
los otros
los de aire sonriente y lejanías
con un pájaro roto en un alambre.
Estos días
los otros
este amor desgarrado por el mundo
esta diaria constante despedida.
Idea Vilariño
B. chapman

miércoles, 29 de abril de 2020

Impasse



Y qué vamos a hacer ahora

con el aire en suspenso,
la gravedad en suspenso,
la vida en suspenso,
el amor en suspenso,
la humanidad en suspenso.

Y qué van a hacer el azar,

la moneda, la vida,
la amante, el hombre,
ahora que han clausurado
todos los lugares del mundo
donde iban a encontrarse.


Alfonso Brezmes
Fan Ho

martes, 21 de abril de 2020

Ven



Ven
Amado

Te probaré con alegría.
Te soñaré conmigo esta noche....


Eunice Odio

miércoles, 26 de febrero de 2020

Arde, Babel



Tantas y tantas lenguas 
y fui a elegir la tuya,
la única que consigue
que no comprenda nada
y que, además, me guste.

Alfonso Brezmes

viernes, 21 de febrero de 2020

La casa sin puertas


Homero vio a Dios:
esa fue la causa de su ceguera.
Borges leyó a Homero,
y en sus hexámetros las naves
surcaban el mar para llevar el sol
hasta el ciego horizonte de sus ojos.
Yo he leído antes a Borges
y otro me lee a mí ahora.

Así viaja la luz
por esta casa sin puertas
cuyos muros son palabras:
iluminando unos cuartos
tras dejar otros a oscuras.
Alfonso Brezmes
Pintura: Rafael González

domingo, 16 de febrero de 2020

Herencia



Si yo me muero antes te dejo de fortuna
que sientas en tu cuerpo a cada instante
el terroso lamido de mi ausencia.
Si mueres antes tú, heredaré la casa,
tu navaja y el paisaje encendido,
socavando la noche tu perfil oxidado
sobre el falso metal de su moneda.
Sería conveniente, según están las cosas,
arruinar nuestra sangre una mañana,
dejar que el albacea reconquiste
lo que ahora florece con saliva prohibida
en el cajón inaccesible de lo oscuro,
que le ardan sus manos y le escuezan sus ojos
al revender al peso los libros y la ropa,
al descubrir mis rosas y desdoblar tus cartas,
los cilicios de gozo y la lengua de seda,
el carbón de tu ingle y mi olfato guerrero.
Desdibujado por la niebla más honda
nunca descubrirá con su olfato de plata
el animal deseo que te tuve por vida.

Hilario Barrero

lunes, 6 de enero de 2020

Ningún lugar...



«Ningún lugar que yo haya visitado 
ha recibido nunca de mí un adiós definitivo. 
Y siempre me he alejado 
con el deseo firme de retornar…»

Francisco Brines
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