jueves, 26 de abril de 2018

La buena vida




"Estás parado junto a la ventana.
Afuera hay una nube de vidrio 
que parece un corazón.
Los suspiros del viento 
son como cuevas entre tus palabras ...

La calle está en silencio.
El tiempo, de la misma manera 
en que el mañana y que tu vida,
parcialmente está acá, 
parcialmente en el aire.

La buena vida llega sin aviso ..."


Mark Strand

jueves, 19 de abril de 2018

Lenimento dell'anima



Me asustan los espejos, estos seres
Que, después de haber sido hechos en mil pedazos,
Siguen existiendo en cada fragmento.

Se parecen demasiado a un corazón.
Alfonso Brezmes
Van Hove

domingo, 8 de abril de 2018

Esa querida atmósfera de tango hacia las tres



En la barra desierta
 los camareros te ofrecen la penúltima copa. 
Suena detrás la música de siempre 
y poca gente queda bailando ya a esas horas,
 y en esos días últimos de enero,
 tan fríos como un lunes permanente … 
Sientes, frente al espejo, el orgullo tan duro de estar solo.
 Y los chicos te cuentan 
en qué sitio se puede comer de madrugada,
 o en qué tugurio, más o menos chic, 
se evita ver el sol cuando despunta el alba. 
La señora, después, te devuelve el abrigo,
 y te saluda cortésmente quejándose, 
vacío el guardarropa, de asuntos laborales …
Bajas la escalera. 
(¿Existe el amor? 
¿He estado yo alguna vez entre sus alas? 
¿Por qué soy el que soy, 
y no como eres tú, todo luz y belleza?) 
Descender hace más profundo 
este estepario orgullo de estar solo … 
Te despide ya un maître entre zalemas, 
y se apresura el portero a despejar la ruta … 
Te abrochas el gabán azul,
 y escéptico sonríes dejando una propina … 
Ahí está la noche, limpia, seca, estrellada, pura. 
La puerta se abre muy solemnemente:
 ¡Hasta mañana, señor!
 La soledad está servida

Luis Antonio de Villena
Fabián Pérez

jueves, 5 de abril de 2018

Mutaciones poéticas



En mi familia no hay poetas.


Pero mi abuelo Gregorio,
cuando regaba el huerto en Belinchón,
se quedó tantas tardes
velando las acequias, murmurando:
No bebemos
el agua: es ella quien nos bebe.
El agua
es
la mujer.

No, en mi familia no hay poetas.

Pero una vez, muy niña, encontré cáscaras
de huevo azul
a los pies del almendruco.
Se las mostré a mi padre y mi padre, silencioso,
me enseñó a hacerles un nido
con ramaje;
y me enseñó por qué: hay pedazos de vida
que son
sueños enteros.

En mi familia, os digo, no hay poetas.

Pero cuando mi bisabuela
Asunción
contempló por vez primera el mar
-la primera y la única-,
me cuentan que se quedó muy seria, muy callada,
durante un ancho rato, hasta que dijo:
Gracias
por
los ojos.

No sé de dónde salgo. En mi familia
no hay poetas
malos.


Martha Asunción Alonso
Gracias Rosa
Pintura: Dame Laura Knight

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