miércoles, 29 de junio de 2016

Se busca...



Se busca
rincón a resguardo
hasta que amaine la tristeza,
necesarias vistas a una arboleda,
libros y buena calefacción.
Se valorará mano amiga
que sostenga la mía
en los días más grises,
de los negros ya ni hablamos.
Indispensables chimenea
y chocolate negro
en el armario de la cocina,
que ha de ser blanco,
como las puertas,
las cortinas
y las macetas.
Firmo contrato a prueba
hasta fin del primer invierno.
Pago en versos.


Elvira Laruelo
Gracias.

lunes, 27 de junio de 2016

El peso de lo intangible



Les juro que antes yo era de roca.
Las turbulencias en los aviones me daban risa.
No les temía a los maleantes
(podía perseguirlos, insultarlos, escupirles).
No pensaba en desgracias, en seguros de vida, en coberturas médicas.
No me asustaban los resultados de laboratorio.

Ahora, en cambio me aterran los estornudos

las toses me dejan pálida.
Tiemblo apenas el cielo se pone un poquito oscuro.
Contrataría a un brujo a tiempo completo
para que me dijera si va a refrescar.

Tener un hijo lo cambió todo.

Carla Pravisani
Steve Hanks
del blog de Emma Gunst. Gracias!

martes, 21 de junio de 2016

Invierno



Ahora que el invierno se acerca
en la soledad de las frías calles
donde antes caminaba la belleza,
la piel tersa objeto de deseo,
y la tiniebla aguarda tras los cristales
dormidos en silencio,
ahora que el invierno se acerca,
pocas cosas pido a la fortuna,
algo de frugal alimento
y un lecho no demasiado viejo
donde pueda descansar mi cuerpo ya cansado,
unas raídas ropas que envuelvan
mi carne débil y salven
del feroz viento y la lluvia moribunda,
unos cuantos libros de poemas
y un antiguo tocadiscos donde poder escuchar
the food that i´m eating is suddenly tasteless,
y si es en extremo generosa
un cuerpo de mujer que poder
abrazar en medio de la madrugada
y mantener así alejados de mi puerta
el dolor y la muerte.

Ismael Cabezas

sábado, 18 de junio de 2016

Y entonces...



"Y entonces se enamoró, 
de la única forma 
en que las mujeres inteligentes 
pueden enamorarse…
 Sí, así como una “idiota”;
 aunque él nunca fue capaz de entender 
todos los poemas que le leía
 para explicar su amor…" 

Ángeles Mastretta

miércoles, 15 de junio de 2016

No vemos...




"No vemos dos veces 
el mismo cerezo ni la misma luna
 sobre la que se recorta un pino. 
Todo momento es el último porque es único.
 Para el viajero, esa percepción se agudiza
 debido a la ausencia de rutinas 
engañosamente tranquilizadoras, 
propias del sedentario,
 que nos hacen creer que la existencia 
va a seguir siendo como es por algún tiempo".

Marguerite Yourcenar

domingo, 12 de junio de 2016

Voy....




Voy a poner a secar mi espíritu
al igual que esos frutos
que uno ve en los tejados
camino a la costa
Es demasiado joven para mí.

Cecilia Casanova
Mary Jane Ansell

miércoles, 8 de junio de 2016

Poco necesita el ser humano


Que poco necesita el ser humano:
buscar
y encontrar.
Que haya para empezar
un amigo
y un enemigo…
Que poco necesita el ser humano:
que el camino le lleve adelante.
Que viva en este mundo
su madre.
Que viva tanto
cuanto le es necesario…

Que poco necesita el ser humano:
después del trueno
silencio.
Un jirón de la niebla celeste.
Una vida
y
una muerte.
Un periódico reciente por la mañana
y con otras personas trato cercano.
Y tan solo un planeta:
¡La Tierra!
Tan solo eso.
Y
un sendero interestelar,
además de soñar con la velocidad del mundo.
Esto, en realidad,
no es mucho.
Esto, en general, no es nada.
No es tan valioso el galardón.
No es muy alto el pedestal.
Un ser humano
necesita
poco.
Que haya en casa alguien
quien le esté esperando.

R. Rozhdestvenskiy
Foto; Sam Caplat 

martes, 7 de junio de 2016

Me gustaría...


Me gustaría
nacer en todos los países,
tener un pasaporte
para todos
que provoque el pánico de las cancillerías;
ser cada pez
en cada océano
y cada perro
en las calles del mundo.
No quiero arrodillarme
ante ídolo alguno
ni hacer el papel
de un ruso ortodoxo hippie,
pero me gustaría
hundirme
en lo más hondo del Lago Baikal
y salir resoplando
en otras aguas,
¿por qué no en las del Mississippi?
En mi maldito universo amado
me gustaría
ser una hierba humilde,
nunca un Narciso delicado
que se besa
en el espejo.
Me gustaría ser
cualquiera de las criaturas de Dios,
incluso la última hiena sarnosa,
pero nunca un tirano,
ni siquiera el gato de un tirano.
Me gustaría
reencarnar como hombre
en cualquier imagen:
víctima de una cárcel de tortura,
un niño vagabundo en los tugurios de Hong Kong ,
un esqueleto viviente en Bangladesh,
un pordiosero sagrado en el Tíbet,
un negro de Ciudad del Cabo,
pero nunca encarnar
la imagen de Rambo.
Sólo odio a los hipócritas,
hienas sazonadas en espesa melaza.
Me gustaría tenderme
bajo el bisturí de todos los cirujanos del mundo,
ser un tullido, un ciego,
sufrir todo mal, toda deformidad y herida,
ser un mutilado de guerra,
o el que recoge las colillas del suelo,
con tal de que no las penetre
el infame microbio de la prepotencia.
No quisiera formar parte de la élite,
ni, por supuesto, del rebaño de cobardes,
ni perro de manada,
ni pastor servil al abrigo de su rebaño.
Y quisiera ser feliz,
pero no a costa de los infelices.
Y quisiera ser libre,
pero no a costa de los que no lo son.
Quisiera amar
a todas las mujeres del mundo,
y ser también una mujer
sólo una vez. ..
La madre naturaleza ha menospreciado al hombre.
¿Por qué no lo hizo capaz de ser madre?
Si se agitara un niño
bajo su corazón,
acaso el hombre
sería menos cruel.
Quisiera ser el pan de cada día,
digamos,
ser la taza de arroz
de la sufriente madre vietnamita,
el vino barato
en las tabernas de los obreros napolitanos,
o el tubito de queso
en la órbita lunar.
Que me coman
que me beban,
dejadme ser útil
en la muerte.
Quisiera pertenecer a todas las edades,
atolondrar la historia
y atontarla con mis travesuras.
Quisiera llevarle a Nefertiti
en una troika á Pushkin.
Quisiera multiplicar
cien veces el espacio de un instante
para que al mismo tiempo
pueda beber vodka con los pescadores siberianos,
y junto a Homero,
Dante,
Shakespeare
y Tolstoi
sentarme a beber cualquier cosa,
salvo, por supuesto,
Coca-Cola.
Y bailar al ritmo de los tam-tam en el Congo,
estar en huelga en Renault,
jugar a la pelota con los muchachos brasileños
en la playa de Copacabana.
Quisiera hablar todas las lenguas,
como las aguas ocultas bajo la tierra,
y hacer todo tipo de trabajo de una vez.
Me aseguraría
de que sólo fue poeta un Yevtushenko,
el otro un clandestino
en alguna parte,
no puedo decir dónde
por razones de seguridad.
El tercero, un estudiante en Berkeley,
y el cuarto un entusiasta huaso chileno.
El quinto sería tal vez
un maestro de niños esquimales en Alaska,
el sexto
un joven presidente
en cualquier parte, modestamente digamos Sierra Leona,
el séptimo
podría entretenerse en la cuna con un sonajero,
y el décimo,
el centésimo,
el millonésimo...
Para mí, ser yo mismo no es bastante,
¡dejadme ser todo el mundo!
Estaré en miles de ejemplares hasta mi último día
para que la tierra vibre conmigo
y las computadoras enloquezcan
procesando mi censo universal.
Quisiera combatir en todas tus barricadas,
humanidad,
y morir cada noche
como una luna exhausta,
y amanecer cada día
como sol recién nacido
con una suave mancha inmortal
en la cabeza.
Y cuando muera,
un Francois Villon siberiano,
que no descanse mi cuerpo
ni en la tierra francesa,
ni italiana,
sino en la tierra rusa, amarga,
en una colina verde,
donde por vez primera
me sentí todo el mundo.

Yevgueni Yevtushenko

viernes, 3 de junio de 2016

El puente en la niebla



Me detengo
a mitad del recorrido
y escucho.
En un extremo
aquel que fui me grita:
¡Espérame!
En el otro,
el que seré me susurra:
Sígueme.
Y el puente, eterno,
no aguanta el peso de los tres.


Jesús Jiménez Domínguez
Henry Lebasque
Gracias: Javier Solé

miércoles, 1 de junio de 2016

Y cuando todo haya pasado


Y cuando todo haya pasado
Qué harán el uno sin el otro

Solos...

cada uno consigo mismo
dónde buscará él el olor de ella
cómo sabrá ella de los cantares de él.

Y cuando todo haya pasado
Cómo vivirán en la eternidad
Qué fotografías elegirán las hijas
Para enterrar a esos padres bajo el cristal de la mesa de luz.
Qué cosas extrañarán.
Y cuando todo haya pasado
De qué forma se volverán a encontrar
A qué cine dejarán de concurrir
Porque estarán solos
Y ellos no serán de ir al cine sin el otro.
Y cuando todo haya pasado
Después de mucho
Mucho tiempo
Y ya no duela más esa ausencia
Quién recordará a la abuela paterna
Quién recordará al padre de ella.
Sólo un poema y una pintura sabrán que existieron.
Sólo un eco persistirá
Sólo un rumor.
Un silencio.

J. Rabinowicz
Hockney
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