lunes, 29 de junio de 2015

Desaprenderme




Desaprenderme,
desabrocharme,
desperezarme,
para no desesperanzarme,
para elegir cada día

un nuevo modo
de hacerme más humano,
de regresar a casa.


Begoña Abad
Borissov

domingo, 28 de junio de 2015

Lenguaje en morse



Nos mantuvimos en otra frecuencia
que no alcanzan los ojos mortales
y aprendimos el lenguaje en morse:
dos latidos, pausa, el robo de un beso,

un baño en el mar de tu infancia, pausa.

Agradezco a la vida
que nunca fueras mío
para que nunca quisieras irte.


Begoña Abad

sábado, 27 de junio de 2015

La soledad



Sólo salgo de mi soledad
para acompañar a la tuya.

Begoña Abad

viernes, 26 de junio de 2015

No tengo



No tengo hipoteca, no tengo dueño.
No tengo coche, no me conducen.
No tengo título, no me admiran.
No tengo bienes, nadie me envidia.

No tengo grupo, nadie me retiene.

No tengo deseos, nada me ata.
No tengo sexo, nadie me entiende.
No tengo futuro, soy dueña del hoy.
No tengo resentimiento, nadie me inquieta.
No tengo deudas, nadie me persigue.
No tengo dioses, nadie me condena.
Soy demasiado mayor para estas cosas,
por eso soy obscenamente feliz.



Begoña Abad
Karin Jurick

jueves, 25 de junio de 2015

Feng Shui



Mi abuela colocaba la fresquera
en el muro que daba al norte
y la alcoba

encima de las cuadras
donde los animales daban calor.
Y cada cosa tenía su lugar
que diera sentido al quehacer diario.
Los bisabuelos en lugar principal
sujetando, como las raíces
de los árboles del huerto común.


Begoña Abad

miércoles, 24 de junio de 2015

Torpeza



Qué te quito?, 
dijiste tentándome la ropa.
La torpeza,
 pensé asustada
mientras te respondía:

“La piel y la cordura, mi amor...”


Begoña Abad

martes, 23 de junio de 2015

Las máscaras



Las máscaras 
no nos dejan ver las tragedias,
los incendios y el temblor.
No podemos acercarnos
a la piel

que demanda misericordia


Begoña Abad

lunes, 22 de junio de 2015

A veces...



A veces me visita, se sienta frente a mí
y me mira silenciosa.
Yo esquivo como puedo la punzada de sus ojos,
trasteo con las cosas, hago ruido con ellas,

las cambio de lugar.
Pongo música, la radio, enciendo el televisor,
abro las ventanas, en un intento vano de escapar.
Ella espera paciente, como una madre
el regreso del niño que escapa del baño.
Al final sus ojos son tiernos,
me mira risueña y las manos cruzadas
sobre el halda, se parecen a las mías.
Así que acabo por sentarme
y compartimos el silencio.
A la tristeza no le gusta estar sola.


Begoña Abad
Giarrano

sábado, 20 de junio de 2015

Razones



Empapada de amor
ebria de gozo,
asaltó la calle, la vida,
eso que llaman futuro,

y sentada a su borde,
como quien contempla el mar,
la puesta de sol en el desierto,
o el amanecer entre las hayas,
descubrió que aún era capaz
de abrazar con firmeza
ahora que se aplanaba su pecho
y se descolgaba, plácida,
la piel de su contorno.
Cerró los ojos y recordó el beso,
hizo comparaciones
y eligió el que había aprendido
a última hora de la noche,
aquella noche tan corta,
tan provocativamente corta.
Abrió su bolso, sacó el espejo
y se saludó ahora,
empapada de amor,
ebria de gozo,
con una sonrisa hermosa, profunda.
Tenía cientos de años
y de sueños, de deseos y
de razones para asaltar la vida.


Begoña Abad
Vincent Giarrano

viernes, 19 de junio de 2015

El sigue creyendo




Él sigue creyendo 

que es el actor principal.



Mientras, yo he cambiado

de guión varias veces,
y el protagonista
ahora es un verde mar sin alas.



Lamiae el Amrani
Buchholz

martes, 16 de junio de 2015

Con usted...



Con usted todo tiene nombre 
los parques eólicos 
rotos en azul.
El viento imaginando bosques.
La embriaguez decadentista
del crepúsculo.

Los aviones que aterrizan
en la médula de los ojos.
Mi vestido manchado de vino 
cuando loca tambaleo de amor.
Su nombre (¡ay su nombre!)
primero y profundo
exhalación de dopamina
aroma a jazz que hace llorar.
Y aún no tiene nombre
el por qué mi pelo guarda
la forma de sus manos.


Malena Ezcurra

lunes, 15 de junio de 2015

La próxima vez...




“La próxima vez que te vea te cubriré con amor,
 con caricias, con éxtasis. 
Te atiborraré con todas las alegrías de la carne,
 de tal forma que te desmayes y mueras. 
Quiero que te sientas maravillada conmigo, 
y que te confieses a ti misma 
que ni siquiera habías soñado
con ser transportada de esa manera. 
Cuando seas vieja, quiero que recuerdes esas pocas horas,
 quiero que tus huesos secos
 tiemblen de alegría cuando pienses en ellas”. 

Gustave Flaubert a su amada.

Gracias Eva.

sábado, 13 de junio de 2015

Me ha robado


Me han robado, 
me están dejando nada más que la cáscara. 
Ése es el problema.
 Me cambiaron los azules
y todo el orden de las olas.
 No he vuelto a caminar con el mismo paso. 
Yo mismo no me reconozco en los espejos.
Y hay música hasta el fondo de los tarros.


Cambian las formas
 y te extrañas del movimiento de tus dedos, 
de los viajes de tu cuerpo. 
Ya no escuchas.
 Las orejas son estructuras sin sentido.
 Los ojos van detrás de telas, 
carteles, objetos pintados
 y te detienes a descifrarlos y ella,
 ella se renueva a cada instante
 y la  ves sacar la lengua 
entre los puntos de la gran fotografía.


Ennio Moltedo
Pintura: Nastroenie

viernes, 12 de junio de 2015

El cielo...



El cielo tiene un aspecto
amenazador, como la vida,
parece que ambas cosas
fueran a llover.

Begoña Abad
Pintura: Cristina Ramos

jueves, 11 de junio de 2015

Inquietud



Temí que llegara este momento: 
nada en el sol,
nada en las nubes,
 y, sin embargo,
 allí estaba la inquietud 
acodada a la ventana.

Ennio Moltedo

miércoles, 10 de junio de 2015

La llama



     Asistida por mi alma antigua,

 por mi alma primera al fin recobrada,
 y por tanto tiempo perdida. 
Ella, la perdidiza, al fin volvió por mí. 
Y entonces comprendí 
que ella había sido la enamorada.
 Y yo había pasado por la vida tan sólo de paso,
 lejana de mí misma .
Y de ella venían las palabras sin dueño
 que todos bebían sin dejarme apenas nada a cambio.
 Yo era la voz de esa antigua alma.
 Y ella, a medida que consumaba su amor,
 allá, donde yo no podía verla; 
me iba iniciando a través del dolor del abandono. 
Por eso nadie podía amarme
 mientras yo iba sabiendo del amor. 
Y yo misma tampoco amaba.
 Sólo una noche hasta el alba.
 Y allí quedé esperando.
 Me despertaba con la aurora,
 si es que había dormido. 
Y creía que ya había llegado,
 yo, ella, él...
 Salía el Sol y el día caía
 como una condena sobre mí.
 No, no todavía.

María Zambrano
Pintura: Zhao Kailin

martes, 9 de junio de 2015

Yo abrazo...



Yo abrazo, delicia pura
tu cara desconocida
idéntica a  mi alma.

Marguerite Yourcenar

domingo, 7 de junio de 2015

Los domingos




Largos
aburridos
tediosos
azul-grises
son los domingos.

sábado, 6 de junio de 2015

Alégrate conmigo



"Alégrate conmigo, celebremos la suerte
de compartir una ciudad y un siglo,
la bendición del sol dorado de este invierno,
la cerveza y su espuma en nuestros labios.
Brindemos contra el tiempo de oscuras amenazas,
toquémonos osados, riamos complacidos,
conjuremos los monstruos del dolor y la culpa,
callemos nuestra inmensa soledad.
Que el don de la ebriedad nos bañe al mediodía."
Amalia Bautista
Foto: Herbert List, 1952

viernes, 5 de junio de 2015

La felicidad de los ojos...



"... Mi gran placer sensual ha derivado siempre
 - aún hoy persiste esa jerarquía- 
de la felicidad de los ojos.
 Ni el orden melódico más exquisito, 
ni el aroma más raro,
 ni el contacto de la piel humana más dorada y suave,
 ni el vino, ni el beso,
 pueden procurarme el goce que los ojos me brindan. 
Tampoco, como para ciertas mentes superiores,
 el juego filosófico con cuanto implica de estímulo trascendente, 
suple para mí lo que los ojos me regalan.
 Ni siquiera el juego poético que tanto amo.
 Los ojos son para mí las compuertas 
por las cuales penetra en mi interior el río rumoroso
 y tornasolado del mundo".

Bomarzo. M. Mujica Lainez
Modigliani

miércoles, 3 de junio de 2015

Fluye




La sabiduría me dice 
que no soy nada.

El amor me dice 
que soy todo.
Entre los dos, 
mi vida fluye.

Nisargadatta Maharaj

martes, 2 de junio de 2015

Fresa ácida



Nada sino la muerte.
Jane Austen
Fue a los 9 años que entendí
que algún día me moriría.

Mascaba un chicle de fresa ácida,
regresaba del colegio.

Pensé en que el tiempo pasaría,
en que iría perdiendo el sabor,
me haría viejo.

Sentí que yo dejaría de ser yo,
y que todo lo que hubiera
dicho o hecho a lo largo de mi vida
daría igual.

El chicle rechinaba entre mis dientes
como una flema insípida y al escupirla
pensé en el alma y en eso
que me decían de que al morir
uno se va al cielo si ha sido bueno.

Pero si yo dejaba de ser yo
¿Qué más daba a dónde fuera?
Aquel chicle sin duda me había dado
todo su sabor y ahora yacía
aplastado contra el suelo.

Comencé a llorar y seguí haciéndolo
todo el camino hasta casa.

Cuando llegué le conté a mi madre
de mi trance metafísico,
ella no supo como consolarme,
pues la misma cuestión le afligía
profundamente
y se le humedecieron los ojos.

Lo mismo le pasó a mi hermana y a mi padre.

Entonces, no pudiendo soportar
ver a mi familia
sufrir de esa manera, saqué
mi bolsa de chicles y les ofrecí.

Y allí nos quedamos sentados,
mascando aquellos chicles
que, desde entonces,
solo me saben a nada.
David Transhumante
Theresa Quirk
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