Descalzo entró en mi cuarto,
llovía y estaba acostada.
Me levanté y salimos en el auto.
Él estaba triste, había llorado
por un desamor.
Él sabía, sin embargo, que yo soñaba
con un imposible amor
para mis años,
pero yo sabía también que a él
eso lo ponía contento.
Quería verme feliz y compartir algo conmigo.
Aunque fueran cinco días de dicha, decíamos.
Él lo había adivinado.
Y yo metía los pies en sus zapatos aplastados
mientras errábamos por Gualeguay bajo la lluvia.
Y el amigo y yo nos dábamos la mano,
solos y
acuñados por idénticos desencuentros.
Emma Barrandéguy
2 comentarios:
Ay, Beatriz, tu sitio es el paraiso de la poesía.
Gracias por tanta belleza, son tantos momentos y recuerdos ...
Sobre cualquier tema o palabra, muchas veces digo: "Voy a ver a Beatriz", y siempre encuentro el poema adecuado.
Un beso con mucho cariño, querida Beatriz.
Gracias querida Rosa. Acá seguimos, no con la frecuencia de antes, pero seguimos...
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