I
Daría cuanto tengo, cuanto soy,
cuanto seré y cuanto tuve,
por abrirte de nuevo el corazón
y dejarte entrar a saco en él.
Sólo quiero saber que habrá más noches,
que volverán tus manos a las mías,
que desnudarás la ternura con ternura
y que tu boca se abrirá camino de nuevo
a los angostos rincones
donde silenciamos el miedo a los silencios.
II
Tendría que escribirte un poema.
Un poema blando como el pan de cada día
y azul como el mechón de mi pelo.
Uno que te atara a mi piel
y que dejara en la tuya
palabras de porcelana.
Tendría que usar las letras
de un alfabeto sin inventar,
las notas de un pentagrama,
las sílabas de los silencios,
los acordes de un corazón latiendo.
Tendría que escribirte un poema
que no olvidaras nunca,
un brevísimo poema de arena
derramándose por los espacios
que dejamos al besarnos
sin apenas rozarnos los labios,
un minúsculo poema
que durmiera siempre en tu pupila
mientras yo no estuviera en ella.
Pero no sé escribir poemas de amor.
Begoña Abad
German Aracil
4 comentarios:
Que no sabe, dice Begoña...
Sabe, decimos nosotras y sabe muy bien.
¡Maravilloso poema!
Ella sabe escribir, vos sabés leer y yo lo daría todo porque me abrieran el corazón.
Un beso!
Te lo abrirán, Marcelo. Seguro que sí. Regálale este poema.
Publicar un comentario