Suenan las sábanas.
Cuando algo termina los objetos siempre tiene algo que contar.
Quizás sea una verdad que se lleve el verano que ahora parece acompañarnos
o tal vez que no somos niños dentro de esta cama
aunque tengamos dudas y nos huela la carne como jamás pensamos que olería.
Nos arropamos como si nuestro frío fuese contrario al del invierno.
No hay deseo que pueda salvarnos,
ni quietud que redima lo que ya es imposible.
Todo son esquinas en las que detenerse,
pequeños hogares donde se quedarán prendidas las mentiras.
Sonia Fides
Giarrano
Giarrano
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