El viaje es el mismo
que hicieron tus ancestros:
volver a abrir la puerta
que cerraste con llave
el día que te fuiste
(ajeno a los peligros
que acechaban ocultos
tras la tapia del huerto)
a descubrir el mundo.
El olor a cerrado
se irá muy lentamente
y sentirá tu alma
la luz de la belleza
que permanece intacta
en el mismo recinto
todavía en penumbra
que iluminó tu infancia.
Sin la argolla del tiempo
pesando en la memoria,
como si no existiera.
Alfredo Buxán
Muchas gracias Alfredo, este poema vino directo al corazón.
Esa casa es la de mis abuelos maternos en Coruxo.