No hay nada personal en este almendro, todo florecido
junto al verdor oscuro de un naranjo y el sol de media tarde,
pero es como si en tal rincón se hallara lo que es más mío.
Miro el verdín que crece entre la luz húmeda de la tierra,
y el color de los frutos, y algunas diminutas flores blancas.
Y queda mi reflejo en el cristal mientras el tren se aleja.
Antonio Moreno
Pissarro
Pissarro
1 comentario:
Me gusta viajar en tren...
Besossss
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