lunes, 3 de noviembre de 2008

Vincent Van Gogh


Aquí estoy
en esta soledad luminosa,
plena, habitada
de fuegos y ventanas.
La casa
arde de girasoles
como un infierno congelado
entre aceites
y vientos amarillos.
Sordo de tanto silencio
y dispuesto
a entreabrir
cada lirio celestial,
cada cristal de paja,
cada gota de acero,
cada ojo de sangre,
cada vidrio de miedo.
Así te escribo.
Sobre las torres de la desesperación,
a orillas del Ródano,
entre la mezcla brumosa de los óleos,
a la hora del ángelus,
a pleno mediodía,
sobre el caballo áspero
de la pena,
con la piedra roja
de la desgracia,

con la arena negra de la locura,
con las sílabas celestes del amor,
con la sorpresa blanca de la tela
vacía,
con el cuervo del hambre
sobrevolando mi cama,
con la mordedura hirviente
del deseo,
entre el humo agrio de la luz,
en el paraíso húmedo
de los manteles,
en los bares nocturnos,
así,
hermano mío,
hermanito menor,
casi mi padre.


Susana Cabuchi
Pintura: The yellow house by Vincent van Gogh

2 comentarios:

Adriana dijo...

Melancólica poesía. Y los cielos de Van Gogh, soñados.
Te dejo un beso.:)

fonsilleda dijo...

Precioso poema acompañado de un cuadro de mí pintor preferido. Bueno, quizá no el único, pero sí de los enormes para mí.

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