lunes, 22 de diciembre de 2008

Difícil detener el día

Atardecía.
Como otras veces,
como demasiadas veces.
Nada parecía poder detener
este sol.
Ya sólo resta
un ciego sonido de lumbres.
La boca del cielo
se cierra
y solo, un rastrojo de las sombras.
El encrespado batido de luces
se pierde
en un atardecer violeta.
Esta música
abanica
cualquier corazón.


Lisandro González
Pintura: John Atkinson Grimshaw

3 comentarios:

Adriana dijo...

La música calma las fieras de cualquier atardecer malo..

Bonita publicación.
Beatriz, aprovecho para desearte Felíz Navidad a vos y a los tuyos.
UN beso grande.:-)

Francisco Méndez S. dijo...

Sin embargo este atardecer es especial, como todos los atardeceres ninguno se repite, es un atardecer violeta. ¿Por qué será que cada atardecer tiene su belleza?.

saludos y Feliz Navidad, junto a los seres que amas.

Ana dijo...

¿Habéis deseado alguna vez detener un instante el universo?
¿Detener este giro que nos lleva y nos aleja de quienes fuímos?
Creo sentir esta ilusión al cerrar los ojos ante la ventana del Oeste.

Gracias de nuevo.
Un abrazo doble, para que lleves uno a tu madre.

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