Llega el domingo con su magia absorta,
me habían contado ya de su llegada,
del fatídico tedio de la nada,
del derroche del mundo que lo aborta.
No hay voces que resuenen en la corta
humedad que se expresa desolada,
no hay palabra que venga estimulada
por la sangre que ahoga en esta aorta.
Mi alma no ilumina, estalla muerta.
No supo cómo afrontaría este reto:
el corazón que juega nunca acierta,
este domingo permanece quieto
con su ironía de sol tras de la puerta.
Ya voy a terminar este soneto.
Eduardo Langagne
Pintura: Edward Cucuel
3 comentarios:
Superchula la pintura, nunca la habia visto...invita al pensamiento relajado.., y el texto fabuloso, como siempre..un lujo!!
La imagen de relax y el paisaje, muy bonito,las letras qué decir
será lo que sienten muchas personas el Domingo.
Un beso
Ni luchando contra mís ideas preconcebidas logro escapar al tedio del domingo...Sólo melancolía absurda, inevitable, repetitiva. Decir domingo es como colocar punto y final cuando aún no has llevado la miel a la boca.
Para leer sí son buenos, todo parece tan muerto, tan imperturbable....
(Jolines, si hasta Dios se aburrió en domingo)
Un beso muuuy grande Beatriz.
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