Nadie lo notó
yo no contesté.
Conocer el yo no es un oficio fácil.
Mi cara posee una pieza de sí misma,
un puente entre dos ciudades
Flotando y flexible,
me convierto en el tema de unos ojos
que desde el futuro miran para descifrar el golpe.
Ahora,
conozco la rajadura exacta
a través de la cual escapo,
cuando no hay nada más que hacer
que detener la vida como hacen las estatuas.
El gesto en sí mismo me empuja
hacia el océano que nadie puede ver.
Maya Islas.
Pintura: Friedrich von Amerling
5 comentarios:
Suele suceder, a veces la vida te deja quieta cual esfinge.
Pero las mujeres somos fuertes y misteriosas, siempre vamos hacia adelante.
Hermosa pintura.
Beso grande Beatriz.:-)
Detener la vida como las estatuas.. eso es a veces tan necesario..
Bellísimo amiga, y la pintura, fascinante.
Conocer el yo no es un oficio fácil. Buen poema y el cuadro excelente capta una mirada triste y enigmática.
saludos amiga
Me gusta la pintura, ese instante detenido como las palabras de la poesía...
Un abrazo
A veces necesitamos de esos instantes detnidos parsa reflexionar sobre muchas cosas
la pintura genial como el poema
Publicar un comentario