Trompo de siete colores,
sobre el patio de la escuela
donde la tarde esparcía
sonrisas de madreselvas,
sobre el patio de la escuela
donde la tarde esparcía
sonrisas de madreselvas,
donde crecían alegres
cogollos de yerbabuena,
trompo de siete colores,
mi corazón te recuerda...
cogollos de yerbabuena,
trompo de siete colores,
mi corazón te recuerda...
Alejandro Galaz
Pintura: Joel Jones
7 comentarios:
Cantar las mismas canciones, recitar los mismo versos, nos amarran eternamente. Beatriz, me has calado hondo con este trompo!
Buenísimo el poema y el cuadro.
Un beso, Beatriz
PD: Ahora no estoy inspirada para adivinanzas. :(
Gracias Pamela, yo sé que tenemos muchos recuerdos en común, tantas nostalgias...
Elvira: ojalá que llegue pronto la inspiración y gracias por comentar.
me ha encantado, Beatriz¡¡
el cuadro, el poema, el sentimiento...
no me acuerdo tanto de mi feliz infancia, tal vez por eso... sino mucho más por la de mis pequeños que ahora andan forjando sus recuerdos para mañana...
ese trompo parado en la mesa... como símbolo de lo que ya no volverá.
Me provoca tristeza pensar en la infancia que pronto perderán...
besos
Bello cuadro, evocadora poesía y al fondo esa canción tan hermosa de Ana Moura, que gracias a usted he tenido a la fuerza (!) que comprar por internet (en Inglaterra no la consigo) porque quiero escucharla en el auto con el volumen alto (!!). Pasé un verano encantador en Lisboa en 1975y me enamoré del fado.
Caroline
Pilar: es verdad a veces no dimensionamos la importancia de la infancia en donde se forjan los recuerdos.
Gracias Caroline, Ana Moura es maravillosa, a todo quien llega a este blog le encanta, razón por la cual no me atrevo a cambiar la música, demás está decir que yo también adoro el fado.
Un abrazo para las dos.
Hola Beatriz: Yo también guardo un peón de mi infancia. Que bellos recuerdos...
Te envié un archivo de música de Galicia para tus padres.
Un abraciño,
Rosa María
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