El fresco atardecer, que por dentro es un sueño, por fuera es una fuente con un rayo de sol.
Es una plaza para dar un paseo,
para ver niños todavía inocentes o ya crápulas,
para ver cómo pisa tu sombra el césped
y se estira y se aleja de ti,
para vernos ahí, pero en otro tiempo.
El fotógrafo de la plaza
un hombre oscuro, muy delgado,
que murió no recuerdo cuándo,
saluda para complacer al amigo
que ahora lo recuerda en esta página.
El viejo apaga su cigarro,
revisa la cámara montada sobre el trípode,
da unos pasos, se sienta en un banco,
cansadamente deja caer las manos.
Si no supiéramos que el hombre murió hace tiempo, diríamos que se ha quedado dormido en ese banco.
Otro tanto sucede en el fresco atardecer
con la ciudad alrededor de la plaza.
Es una plaza para dar un paseo,
para ver niños todavía inocentes o ya crápulas,
para ver cómo pisa tu sombra el césped
y se estira y se aleja de ti,
para vernos ahí, pero en otro tiempo.
El fotógrafo de la plaza
un hombre oscuro, muy delgado,
que murió no recuerdo cuándo,
saluda para complacer al amigo
que ahora lo recuerda en esta página.
El viejo apaga su cigarro,
revisa la cámara montada sobre el trípode,
da unos pasos, se sienta en un banco,
cansadamente deja caer las manos.
Si no supiéramos que el hombre murió hace tiempo, diríamos que se ha quedado dormido en ese banco.
Otro tanto sucede en el fresco atardecer
con la ciudad alrededor de la plaza.
Jacobo Rauskin
Pintura: Manet
2 comentarios:
Que bonitos tiempos ,con los monumentos de jerarquía bien cuidados ,los placeros cuidando los canteros y enseñando urbanismo y respeto a la propiedad común a los pequeños .
Los fotógrafos con sus máquinas y el milagro de las fotos reveladas en el agua de la fuente.
Todo tenía más sentido y sencibilidad antes ,por lo menos en mi país que ha decaído tanto.
Me gustan las plazas, todavía en los pueblos sigue siendo el punto de encuentro de grandes y chicos y todavía quedan fotógrafos aunque ya no los de "cajón".
Qué tengas una linda semana Ana María.
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