En el azur de abril, en el gris del otoño,
Los árboles poseen una gracia inquietante.
El álamo en el viento se retuerce y se pliega
Cual cuerpos de mujer trémulos de deseo.
Su gracia es un desmayo de carne abandonada
Y murmura su fronda, al soñar se estremece,
Se inclina, enamorada de las rosas del Este.
Lleva el olmo en su frente una corona pálida.
Revestido de claro de luna plateado,
El abedul deshila su cambiante marfil
Y plasma palideces en las sombras inciertas.
El tilo huele a ásperas y oscuras cabelleras.
Y desde las acacias de lejana verdura
Divinamente cae la nieve del perfume.
Renee Vivien
Pintura: Fjodorov Oleg
3 comentarios:
Me encanta que disfrutes de Renee Vivien, es delicada y única, una gran mujer sin duda.
Un abrazo Beatriz y gracias por tus palabras en el post de Ar Lor.
Muchos son los árboles que adornan el mundo
con su suave ,fresco ,protector follaje.
Hieren con sus copas el cielo profundo
y dan armonía y vida al paisaje.
Esto se me ocurrió escribirlo cuando tenía once años ,a mi profesora de literatura en la escuela de ARTE ESCENICO mi mamá le habìa contado que yo hacìa "versitos".
Esta buena señora quiso probar si era cierto y dió el tema ella.
Luego todo Paraná se enteró que era cierto que hacìa "versitos".
Era largo el "versito" y eso era el principal motivo.
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