Amamos lo que no conocemos, lo ya perdido.
El barrio que fue las orillas.
Los antiguos, que ya no pueden defraudarnos,
porque son mito y esplendor.
Los seis volúmenes de Schopenhauer,
que no acabaremos de leer.
El recuerdo, no la lectura,
de la segunda parte del Quijote.
El oriente, que sin duda no existe
para el afghano, el persa o el tártaro.
Nuestros mayores, con los que no podríamos
conversar durante un cuarto de hora.
Las cambiantes formas de la memoria,
que está hecha de olvido.
Los idiomas que apenas desciframos.
Algún verso latino o sajón,
que no es otra cosa que un hábito.
Los amigos que no pueden faltarnos,
porque se han muerto.
El ilimitado nombre de Shakespeare.
La mujer que está a nuestro lado
y que es tan distinta.
El ajedrez y el álgebra, que no sé.
El barrio que fue las orillas.
Los antiguos, que ya no pueden defraudarnos,
porque son mito y esplendor.
Los seis volúmenes de Schopenhauer,
que no acabaremos de leer.
El recuerdo, no la lectura,
de la segunda parte del Quijote.
El oriente, que sin duda no existe
para el afghano, el persa o el tártaro.
Nuestros mayores, con los que no podríamos
conversar durante un cuarto de hora.
Las cambiantes formas de la memoria,
que está hecha de olvido.
Los idiomas que apenas desciframos.
Algún verso latino o sajón,
que no es otra cosa que un hábito.
Los amigos que no pueden faltarnos,
porque se han muerto.
El ilimitado nombre de Shakespeare.
La mujer que está a nuestro lado
y que es tan distinta.
El ajedrez y el álgebra, que no sé.
Borges
Pintura: Samuel Bak
1 comentario:
Gran verdad!!!!!
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