miércoles, 4 de agosto de 2010

Casa junto al mar

...La casa está en el sur...
Sí, la casa es un cuerpo: mi corazón la mira,
la habita mi memoria; sé que está restaurándose
como la abdicación del mar en las orillas,
como las germinales herencias del verano,
y quizá sea posible que esta casa
no pueda nunca envejecer...



José Caballero
Pintura: Beck Mark. Occluded Truth

4 comentarios:

Ana dijo...

¿Vuelves a tu casa del Sur? En realidad, tu casa, la que fue y es.

Algunas veces me aventuro a entenderte, a leerte más allá de las palabras.

Me vino a la memoria esta frase:
“Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong..."
¡Por dónde me corren las ideas!

Beatrice dijo...

Ay qué más quisiera yo que volver al sur querida Ana, lees mis pensamientos, pero no se puede, mis afectos están acá ahora.
No me gusta el lugar, pero ellos están acá y debo quedarme, me necesitan.

Ayer estuve buscando un enlace de una escena de Out of Africa para el FB y me vino a la memoria la misma frase “Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong..."

¡Qué coincidencia!!!!
Un abrazo Ana que estás con el sol y luz que añoro, demasiado largo este invierno.

ana maría parente dijo...

Pero muchacha ,con este frio espantoso en mi caso-que estoy mucho màs al norte que tù -me encantaría irme al ecuador.Hasta ha nevado en RIO GRANDE DO SUR del Brasil que debe estar casi al borde del trópico.Así que si optamos por el sur solo cerca del ecuador estaríamos bien.
Cada vez que hablas de casas abandonadas me acuerdo de la de mi campo.Estas vacaciones pensaba ir a ver como podía empezar a reconstruirla y mi marido se enfermò de gripe y recaída.
Le decía a una amiga que con respecto a la primera casa en que viví en Paraná-o sea la que màs està en mi recuerdo-cerrando los ojos veo la entrada del camino que cruzando el jardìn iba al garage y el portòn de madera a la entrada ,la forma de la verja etc etc.
No optes por irte al sur del sur mirá que el frio sin los amores de siempre-supongo tus hijos y nietos-es más frio.
Las ciudades no tienen la culpa de lo que en ellas vivimos ,sino que son nuestros estados de ànimo los que influencian nuestros acontecimientos.
Aprendè del poeta ROJAS ,es un viejito formidablemente optimista y ni los terremotos lo asustan.
El a pesar de su edad quiere seguir gozando de la vida en todo sentido.

ana maría parente dijo...

Tengo la misma opinión tuya sobre Rojas .A pesar de ello pienso que esta gente que está en nuestras antìpodas puede resultar un ejemplo en algunos momentos de la vida.
Pues esta persona ha de ser optimista por demàs puès parece ni anoticiado de sus añejos años y quiere seguir el jolgorio de su juventud.
Mi mención es para que dejes de entristecerte con disyuntivas y tomas la vida un poquitìn en broma.
Problemas tenemos todos y NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS .
Los males son variadísimos.Hay que rezar para que sean mini males no males en serio.

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