Me levanto con el corazón arrugado y perezoso.
Tú me miras y preparas en silencio
un café repleto de cicatrices.
La taza de porcelana azul se rompe.
Yo también.
Tú me miras y preparas en silencio
un café repleto de cicatrices.
La taza de porcelana azul se rompe.
Yo también.
Pintura: Robin Kinball
4 comentarios:
Beatriz: que triste cuando algo se rompe y no se puede reparar, nunca quedara igual.
El cuadro es perfecto para el poema, muy hermoso.
Tal vez en algunas personas sea mayor el dolor por la taza rota.
Nooooo.....mucha amargura junta.
Para colmo romper esas tazas tan lindas.....
Tienes razón Francisco...ya no se puede reparar, no queda nunca igual.
Ana: admiro a esas personas que dan vuelta la página al tiro y sufren sólo lo necesario.
jajja tan optimista nuestra amiga trasandina, me gusta tu posición ante la vida Ana María.
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