martes, 11 de octubre de 2011

Alma


Ya se nos permite usar tu nombre.
Ya sabemos que eres inefable,
anémica,
muy quebradiza y sospechosa

de las misteriosas culpas de la infancia.

Sabemos que ya no se te permite vivir

ni en la música ni en los árboles al apagarse el sol.
Sabemos (más bien nos han dicho)
que ya no estás en ningún sitio, en absoluto.

Pero, con todo, oímos tu voz cansada
en el eco,
en la queja y en las cartas
que nos escribe,
desde el desierto griego, Antígona.
Adam Zagajweski
Pintura: Di Li Feng

4 comentarios:

ana maría parente dijo...

y.... se va a veces ,porque està un poquitín desolada pero siempre vuelve ,aùn después de que se ha ido de su cuerpo.
Vuelve hasta fuera de su apariencia con su intuición cumplida.

Ana dijo...

Juraría que es prima hermana de la amígdala.
Qué belleza...¿Hemos leído antes algún poema de él?

¿Qué diría Antígona hoy día?

Odel dijo...

Que belleza de poema, me encanta Beatriz

Beatrice dijo...

Hemos leído Ana a este poeta y vendrán más poemas de él. Junto a Wislawa Szymborska son los polacos más grandes de la poesía.
Zagajewski es mi candidato para el Nobel aunque como el último fue para un poeta, habrá que esperar.

Gracias Odel y Ana María por sus comentarios.
¿Cómo se imaginan el alma?
¿dónde la vizualizan?
Yo la imagino grande, amarilla, como si abarcara toda mi espalda, todo mi cuerpo. La amígdala en cambio tan pequeñita procesando las emociones, no sé, el alma es otra cosa que sólo los poetas la pueden definir.

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