Después de un gran dolor,
uno se hace formal.
Los nervios se apoltronan, como tumbas.
El corazón ya tieso se pregunta
si fue él quien lo pudo soportar,
si fue ayer o hace siglos.
Los pies, igual a autómatas,
recorren en el suelo, en el aire,
en el vacío un sendero del bosque
que ha nacido al descuido.
Resignación de cuarzo,
como piedra.
Es la hora del plomo.
Si se la sobrevive, es recordada
como quien soportó nieves glaciales,
frío -al principio-,
luego aturdimiento,
después dejarse ir.
____________________________
“This is the Hour of Lead-
Remembered, if outlived,
As freezing persons,
recollect the Snow-
First-Chill
-then Stupor-
then the letting go---”
Emily Dickinsonuno se hace formal.
Los nervios se apoltronan, como tumbas.
El corazón ya tieso se pregunta
si fue él quien lo pudo soportar,
si fue ayer o hace siglos.
Los pies, igual a autómatas,
recorren en el suelo, en el aire,
en el vacío un sendero del bosque
que ha nacido al descuido.
Resignación de cuarzo,
como piedra.
Es la hora del plomo.
Si se la sobrevive, es recordada
como quien soportó nieves glaciales,
frío -al principio-,
luego aturdimiento,
después dejarse ir.
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“This is the Hour of Lead-
Remembered, if outlived,
As freezing persons,
recollect the Snow-
First-Chill
-then Stupor-
then the letting go---”
Pintura:Modigliani
7 comentarios:
Adonde iríamos si no pudiéramos dejarnos ir?
al mismísimo infierno Marcelo.
Yo he conocido esa hora y ¿quién no?
pasada cierta edad.
Yo también he conocido esta hora. Todos la conocemos, tarde o temprano.
Qué poema tan poderoso, como el mismo dolor que anida en nuestras almas y soporta irremediablemente ese gélido desasosiego que residirá eternamente.
Me ha encantado querida Beatriz.
Por Dios ,Beatriz ,tú eres una privilegiada CON ESOS HIJOS Y ESOS NIETOS.....
Horas del plomo por cuestiones comunes a todos nomás.....
Hay gente que si realmente las ha vivido ,deben o tener un hielo de repuesto del corazón o sinò suprimirlo para siempre.
PERO EXISTEN ALGUNOS CAPAZ DE SOPORTARLO TODO.
Esa escritora chilena ALLENDE ,cuando leo lo que pasó con su hija me asombra la resistencia.
Tan fácilmente manipulable al calor.
Son esos "golpes de la vida" que nombra Vallejo en su poema Lo Heraldos Negros, Ana María. ¿Leíste Paula de Isabel Allende? Terrible.
Esa es una hora del plomo.
Gracias Carmen. A mí también me ha encantado.
¿Tú crees, Ana? Yo la percibo gélida, total. En esa hora no hay calor que sirva ¿o me equivoco?
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