....hay dos árboles delgados
un pequeño jardín;
y hace allí el agua
una imitación del campo
penetrando en ramas
que no tienen secretos;
que tienen savia débil;
corriendo en el follaje
que con hilos sujeto,
pedestre y melancólico
cuelga de las ventanas;
y lavando débiles
plantas que en maceteros
las colocó en hileras
una prudente ama de casa.
Lluvia, que los niños pequeños
miran contentos
desde el cuarto tibio,
y cuánto más aumenta el agua
y cae en gotas más grandes
baten las manos y saltan.
Lluvia, que oyen los viejos
con sombría paciencia,
con tedio y contrariedad;
porque ellos por instinto
no gustan en absoluto
de tierra mojada y de sombras.
Lluvia, lluvia, sigue
el fuerte aguacero.
Pero ahora ya no veo.
Se empañó con tanta agua
el vidrio de la ventana.
Por su superficie
corren, se deslizan, y se extienden
y suben y bajan
gotas dispersas
y cada una mancha
y cada una empaña.
Y apenas ya se ve
borrosamente la calle
y entre la húmeda bruma
las casas y los carruajes.
Kavafis
Pintura:Natalja Picugina
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