Aunque sé que los dientes no rechinan
ni los ojos lloran cuando el cuerpo es polvo
ahora que estreno vacío y que construyo mis alas
un cúmulo de miedos que no son hijos míos
sutil como un disparo en el cielo de la boca
me hunde feroz los hombros y pregunta mi nombre.
Al nacer
me dieron un azote
que aún me duele.
Manuel Pujante
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