Hablar de esta ciudad, en la que alojo
mi espíritu y mi cuerpo,
sería hablar de soledad y de pobreza.
Y hay un rumor de viento que levanta,
sin luz, oleadas de luz (fingida vida
de las hojas).
En el reposo de la tierra
En el reposo de la tierra
yace, mojada por la lluvia,
la belleza del mundo.
En la vieja ciudad, palacio del otoño,
los generosos sueños del amor,
y el entusiasmo del espíritu, residen;
desde siglos aposentan su llama
dentro del cuerpo de los jóvenes.
Queman sus corazones tras los muros;
fuera, la noche cerca silenciosa
la música del sueño.
Hablo de esta ciudad, y estoy hablando
de soledad y de pobreza.
Porque en ella yo habito.
Francisco Brines
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